UN AÑO DESPUÉS

AMANDA GÁLVEZ

Antes creía que la universidad era igual a como muestran en las películas, dónde al llegar alguien nuevo todos voltean a mirarlo y a preguntar quién es. También creía que aparecería la amiga que ayudaba con las direcciones o el chico malo buscando seducir a la nueva. Nada de eso sucedió, esas situaciones solo ocurren en las películas de romance adolescente y nada más.

Llegué a la universidad, debí buscar mis clases y nadie era capaz de ayudarme a encontrarlas. Todos estaban inmersos en sus propios asuntos como para prestarle atención a cualquier otra persona, mucho menos una nueva sin nada especial. No me quejo por ser invisible, me agrada. Me visto demasiado casual para no llamar la atención y porque mi día se reduce a clases y trabajo, es todo.

Vivo agotada, me levanto demasiado temprano cada día para poder estudiar y después todo se reduce a tener varias clases, almorzar algo sencillo que preparé el día anterior porque cada centavo cuesta y no puedo permitirme comer en cafeterías. Trabajo demasiado y cuando llego al apartamento de Mercedes estoy demasiado cansada. Cenamos juntas y después voy a la cama. Allí leo todo lo referente a mis estudios y me duermo con el libro en la mano la mayoría de los días.

Hay muchos días donde digo que estaba tan cansada que no pude ni siquiera soñar, y es mi realidad. Se que mi padre estaría orgulloso de mi, pero también que él jamás hubiese permitido que tenga esta vida. Yo era la luz de sus ojos.

Me esfuerzo tanto día a día y pienso cuánto tiempo más pueda soportar todo esto. Mercedes me ha dicho que debo relajarme, tomarme las cosas con calma, que no tengo prisa en acabar mi carrera. Estoy intentando adelantar pero de verdad es demasiado difícil y por momentos creo que no soy tan inteligente como creía.

No hay manera de acabar mi carrera universitaria en menos tiempo con todo lo que trabajo, pero tampoco puedo renunciar a mi empleo y dedicarme solo a estudiar. Me siento desanimada conmigo misma, pero Mercedes siempre me anima a seguir adelante. Hay veces dónde estoy tan agotada y triste que siento deseos de rendirme, pero hay otros días donde creo que soy capaz de enfrentar el mundo y salir victoriosa.

Mercedes por el contrario, es alguien que escoge disfrutar su vida. Ella trabaja y es responsable, pero los fines de semana prefiere salir a algún sitio a bailar o conocer gente. Por momentos me dice que espera conocer un sugar daddy que la saque de la pobreza y que cuando eso ocurra no me permitirá trabajar más. Siempre acabo riéndome de sus ocurrencias porque se que es incapaz de eso, aún sigue suspirando por el mismo tonto que no le da ni la hora.

Hoy es uno de los días donde todo me salió mal, comenzando por un examen. Estudié demasiado, pero dormí muy poco y estando con la hoja en mano me puse nerviosa. Desperdicié casi media hora porque no me salían las palabras, hasta que hice todo lo que pude con el tiempo que me quedaba.

Después de un año de estudiar puedo decir que hasta estoy atrasada, cuando debería de ir mejor. Los días son tan cortos que por momentos siento envidia de las muchachas de mi edad que solamente deben preocuparse por qué usarán el fin de semana al salir con su novio.

No quiero tener novio, no tendría nada de tiempo para dedicarle, sería un extraño al que no vería jamás. Además de eso, no me interesa aún tener experiencias sexuales, estoy súper bien así con mi vida aún de cabeza como para acabar agregándole un problema mayor.

Las horas de sueño se me hacen cortas y mi cuerpo me pide un descanso. A diferencia de la vida cómoda que tenía cuando papá vivía, en este momento puedo decir que las vacaciones no existen para la gente pobre. Puedo tener un receso en la universidad, eso es todo. Debo seguir asistiendo a mi empleo dónde no tengo grandes beneficios, ni un seguro social, aún así es mejor este lugar que el anterior.

Mercedes trabaja feliz en días festivos porque las propinas son muy buenas, yo no puedo decir lo mismo.

Recuerdo cuando con mi padre íbamos a escoger el árbol y también cuánto nos esmerábamos en decorarlo. La navidad se respiraba en el hogar que tenía a su lado, pero ahora estas fechas son sombrias para mí. Lo extraño tanto, aún por momentos mis lágrimas caen al pensarlo, al necesitarlo en los momentos más difíciles.

De mi madre no supe mucho más. La empresa de papá aún está en pie y eso me impulsa en los días donde no tengo fuerzas ni para salir de la cama, así como hoy. Vi una noticia de una fiesta importante, dónde ella asistió del brazo de un hombre muy adinerado. No sé quién sea ese hombre en su vida, si un amigo, amante o novio, solo se que ella visitó un cirujano porque su rostro se ve más joven y sus labios más voluptuosos. También noté que su pecho era más grande. Para rejuvenecerse en un quirófano ella tiene dinero, pero para ayudarme no, que injusta es.

La navidad se acerca velozmente y puedo ver cómo las calles cada día lucen más los colores típicos de esta fecha. Los árboles se ven decorados de colores preciosos, con grandes estrellas en la punta. La iluminación por las noches adopta distintos colores por las pequeñas luces que la gente ha colocado en el exterior de sus viviendas y tiendas. Hay algunas personas un poco extravagantes y otras que desde su sencillez hacen ver su hogar precioso. Los recuerdos aparecen de repente y llegan a mi mente los días donde junto a papá poníamos un pequeño trineo en el jardín delantero así como también distintos paquetes simulando ser regalos.

Bebo un chocolate caliente pensando que este año no habrá planes porque no está. Tal vez una cena con los recuerdos de aquellos días felices que no volverán.

-Cuando te fuiste me quedé sola. Hay momentos en los que pienso que fuiste tú quien me puso en el camino de Mercedes. ¿Vivir después de tu partida será tan vacío? ¿Por qué hay días en los que siento que te llevaste mis ganas de vivir?- Le hablo a aquella foto enmarcada que acaricié innumerables veces

Mercedes trajo comida, pero siento tanta tristeza y estoy tan abrumada por los recuerdos de mi época feliz que fuerzo una sonrisa para agradecerle su preocupación y solo finjo un malestar estomacal que no siento. Voy a la cama y comienzo a soñar con papá...

Camino con mis pies descalzos siguiendo una luz en la oscuridad. Siento tierra bajo mis pies y respiro el aroma de la naturaleza. Estar en un lugar tan tranquilo me da paz. Puedo ver qué papá está a unos metros y me espera con sus brazos abiertos y una sonrisa radiante. Se ve tan saludable, en paz. Lo abrazo y lloro hasta derrumbarme. Le reprocho haberme dejado sola y le digo cuánto lo amo y lo extraño.

-Quiero quedarme aquí contigo- Suplico negándome a soltarlo y lo escucho reír

-No puedes quedarte conmigo, solo quiero que veas que estoy bien. Aquí no hay dolor ni tampoco tristeza, quiero que veas un lugar- Admiro el paisaje y siento felicidad por el, aunque a mí se me rompe el corazón porque se que volveremos a separarnos

-¿Dónde vamos?- El camino cada vez se hace más oscuro y mi padre toma mi mano con fuerza impidiendo que caiga varias veces

La tranquilidad se va y el bullicio toma su lugar. Ya no estamos en el bosque, estamos en la ciudad. Los sonidos de las bocinas de los automóviles, los gritos de la gente, la música, las alarmas... podría vivir sin todo esto.

-¿Podemos regresar? Me gusta más el lugar anterior- El solo sigue caminando tomando mi mano

Vamos a un cementerio donde hay alguien siendo sepultado en la distancia y mi pecho duele, pero papá me saca de ahí para llevarme a otro lugar. Mi cabeza comienza a palpitar y por momentos solo escucho teléfonos sonando y el repiqueteo de los tacones en el suelo de lo que logro distinguir como una oficina.

-¿Dónde estamos papá?- Se que el sueño hermoso que teníamos se volvió una pesadilla

-Tendrás una vida hermosa aunque no te des cuenta ahora. Tienes mucho por delante, no será fácil pero podrás seguir adelante porque tendrás una razón- Niego, ya no quiero sufrir más

-Mi vida dejó de tener sentido cuando me dejaste papá- Nuevamente mis mejillas están humedas por mi llanto

-Tu vida tendrá aún más sentido pequeña, confía en mí. ¿Cuando te he mentido?- Su comentario me transmite paz y me llena de dudas

De pronto su imagen comienza a desvanecerse y su mano en la mía ya no ejerce fuerza. Mi padre me deja allí, en ese sitio desconocido dónde nadie parece notar mi presencia.

Salgo de ese edificio y camino buscando nuevamente el camino que me lleve hacia mi padre, pero no logro encontrarlo. Así es que despierto completamente confundida y angustiada.

-¿Soñaste de nuevo con él?- Mercedes me consuela como tantas veces y yo solo asiento sin palabras y comienzo a narrarle el sueño

-No se que signifique, pero tu padre te mostró una muerte allí, que horrible- Se levanta destapandome y me nuestra una sonrisa- Mejor cambia esa cara y vamos a desayunar, preparé chocolate para las dos

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