NARRADOR
Luciano vió temblar a la mujer que acababa de despertar nuevas fantasias en él. Anhelaba llevarla al club, dominarla de todas las formas existentes y hacer que gritara su nombre hasta que olvidara por completo sus inseguridades infundadas. ¿Ella no era apasionada? Era tímida e insegura, pero además de eso nada.
-Esta noche no estás ebria- Le dijo con suavidad
-No. No bebimos mucho- Reconoció en voz baja
-¿Me dirás que aquella noche te encendiste de aquel modo solo porque estabas ebria y eras inexperta?- Evadió su mirada con poco éxito
-No tuve opinión ahora y esa noche tampoco- Reconoció en voz baja
-Si yo escuchaba tus pretextos nos hubiéramos aburrido los dos. Así quiero verte siempre- Tocó el dije de la cadena- Solamente con esto puesto
Entre conversaciones a medias que tenían como objetivo destrozar opiniones ligadas al pasado, Luciano volvió a comenzar siguiendo su propio instinto. Si le decía a Mireya lo que quería o esperaba, ella acabaría cerrándose y eso