CARISSA BRITOS
Luciano y yo nos vestimos de gala. Marina cumplió su promesa de invitarlo para que fuera mi acompañante en su boda y no pude estar más de acuerdo, salvo por un pequeño detalle... él atrajo mucho la atención de unas mujeres bastante atrevidas, las amigas de la novia.
-Debería haber traído el pegamento- Le dije al oído
-¿Se te rompió el tacón?- Casi estuvo a punto de agarrar mi pierna para examinar pero lo detuve procurando no soltar una carcajada
-Temo por tu seguridad. Un mínimo descuido y te desnudan aquellas mujeres. Si no lo quieres deberías pegarte la ropa al cuerpo- Extendió su mano y me llevó a bailar, ¿Cuántos años hacía que yo no vivía un momento así?
-Entonces será mejor que no te despegues de mi- Siguió la broma y yo intenté seguirle el paso. Quien lo viera tan serio y con la cadera tan suelta, toda una caja de sorpresas
-Hay varias chicas rubias, puedes escoger- Le guiñé el ojo y las miró con aburrimiento- Podrías tener tu propio club de admirador