Capítulo 7

Al día siguiente...

KIRA

Me despierto poco a poco, siento un pequeño dolor en mi cuerpo y me hace recordar todo lo sucedido. Abro los ojos y enseguida me doy cuenta de que estoy en mi habitación.

- ¡Por Alá! ¡Me alegro mucho de que esté despierta, señora! - es entonces cuando noto la presencia de Samira al lado de mi cama sentada en el sillón y se levanta en el mismo momento

Yo seguía aturdida con varias preguntas dando vueltas en mi cabeza, pero la principal era: - ¿Dónde están mis ojos negros?

¿Me ha traído aquí? ¿Qué hacía allí?

¿Por qué me puse así sólo con su tacto?

Ningún hombre había despertado nunca tales sensaciones en mi cuerpo. No es que me haya dejado tocar por varios, para nada, siempre he sido muy selectiva, un poco tímida por eso también, tanto que sólo me besó un chico con el que me quedé cuando ya estaba en el instituto.

>>Hace algún tiempo...

Era popular y muy gay las chicas estaban locas por él (Gustavo o Gu como yo le llamaba).

Un día se tropezó conmigo mientras se ofrecía descaradamente a unas chicas, y para su mala suerte además de odiar a los tíos así todavía estaba con el síndrome premenstrual. Y claro yo no me derretí como él esperaba y como siempre las chicas si, con la mezcla de todo me enfadé y grité.

- ¿Estás ciego chico? ¿No pones atención cuando caminas?

Me miró sorprendido. ¡Claro que sí! Estaba acostumbrado a ser venerado por todo el mundo, excepto por mí, obviamente. Después de unos segundos, contestó un poco torpemente. - No era mi intención.

- No, ¡no lo era! Si no hubiera estado cazando alrededor de esas chicas no me hubiera topado con ellas. - Señalo a las chicas que estaba liberando.

-¿Cuál es tu problema chica? Y todo esto es porque te he pillado y no me acuerdo, aunque era por recordar que eres muy guapa.

Todos se reían y eso me enfureció.

- Jamás me quedaría con un tipo como tú. - Grito y todos se quedan quietos

- ¿Y qué clase de tipo soy yo?

Lo dije con sarcasmo, pero pude ver lo molesto que estaba y hasta podría decir que avergonzado, pero no lo estaba en absoluto. Mis emociones durante la regla son catastróficas para los que me rodean y si me enfada entonces todo empeora.

- Tu pequeño tipo. - Sonrió sarcásticamente y replicó. Perra, superficial y egocéntrica.

- ¡Ohhhh! - Todos emitieron un sonido de asombro

Me mira enfadado y dice:

- Mira chica no me conoces para decir eso, yo no choqué contigo queriendo for.... - No dejé que terminara.

- No necesito estar contigo para estar segura de todo lo que dije, porque así te conocen las chicas de aquí, ¿no? - Pero no te doy tiempo a contestar... - Y por supuesto convertirme en uno más en la lista del imbécil egocéntrico.

- Ohhhhh... Todo el mundo se asombra de mis palabras

- Es que el imbécil se disculpa y no vuelve a aparecer delante de mí.

- ¡Ohhhh! - Todos vuelven a hablar juntos y eso me pone aún más de los nervios.

- ¡Callaos! Parecéis hienas que sólo saben repetirse. ¡Qué coñazo!

- ¿Quién os creéis que sois para hablarme así? - Antes de contestar continúa... - Lo entiendo, no te he recogido y quieres que lo haga yo -Se acerca y continúa-. - Pídeme disculpas por eso y me tomaré un tiempo para ti.

Todos estallan en carcajadas y yo pierdo la postura para siempre dándole una bofetada muy fuerte acabando con esa sonrisita en dos tiempos.

- Como ya te dije, jamás me quedaría con un imbécil egocéntrico. - Digo alejándome

Ohhh¡ Todos empezaron a gritar y a reír.

Sus ojos estaban furiosos y lo deje ahí sin mirar atrás. Después de eso aparecía donde yo estaba y se empeñaba en molestarme, pero como dicen: el que desprecia quiere comprar.

Un día estaba en una fiesta con mis amigos y por supuesto él también estaba. Y en cierto momento salí al balcón de la casa, mientras disfrutaba del aire fresco del mar él se acercó diciendo:

- Mira el gato salvaje.

- Vete de aquí gilipollas. - Hablo sin mirar

- Me encanta domar minas salvajes, y no me voy de aquí porque no es tu casa.

- No voy a discutir contigo, estoy demasiado bien para eso.

Y realmente lo estaba y sin síndrome premenstrual que era la diferencia ese día, sólo quería disfrutar de la fiesta con esa brisa que venía del mar, incluso porque no todos los días podemos tener acceso a eso. A pesar de vivir en una ciudad llena de playas no siempre iba, pero cuando lo hacía lo disfrutaba mucho.

De vuelta al culo, acabo de decir: - En ese caso me voy.

Cuando fui a pasar junto a él, me sujetó y me quedé mirándole y vi una mirada diferente. Antes incluso de pedirle que me dejara ir me besó, al principio no le correspondí, pero luego me dejé llevar.

Era mi primer beso, estaba un poco perdida y por supuesto él se dio cuenta y me llevó.

Cuando paramos me dijo, todo petulante: - Sabía que lo querías.

Fui a golpearle la cara, pero de nuevo me cogió de la mano y cuando tiró de mí, volvió a besarme. Pero esta vez fue más intenso, parecía que quería devorarme la boca y la verdad es que me gustó mucho, la forma en que me agarraba fuerte de los brazos y me inmovilizaba contra la pared, lo notaba duro, nos quedamos así un rato. Y tiempo después me fui a casa.

Después de ese día quedamos unas cuantas veces, pero yo quería esa huella de la primera vez, pero eso no volvió a suceder.

Quería, pero nunca sentí que fuera el chico adecuado, faltaba algo que no puedo explicar. Así que me negué a dar un paso más firme y seguimos besándonos.Hasta el día que lo pillé teniendo sexo con una chica en el baño del colegio.

Me dio mucha rabia, odio y asco, sobre todo cuando me dijo que la culpa era mía por no dársela. Me alegro de no haberlo hecho porque me habría arrepentido amargamente.

Era un imbécil egocéntrico, lo era hace tiempo, pero no soy de las que aceptan que les tomen el pelo, y mucho menos que me engañen.

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