Alexandra despertó en un avión, su cabeza palpitaba con fuerza y sus brazos se sentía débiles, era como si el mundo girara alrededor sin ningún orden, sentía una pesadez en el cráneo, como si su cerebro pesara demasiado, podía distinguir figuras frente a ella, cuando intentó levantare, sus brazos fallaron y su cabeza dio aún más vueltas, por lo que se quejó mientras cerraba los ojos e intentaba calmar el dolor, aunque realmente no estaba haciendo nada para ello.

— Despertaste — escuchó murmurar a Nikolay en algún lugar a su izquierda, seguido de unas manos firmes que le ayudaron a levantarse.

— ¿Me emborraché? — preguntó en un murmullo, sintiéndose como solía hacerlo cuando estaba resacosa, por lo que realmente no le agradó demasiado el entirse así, menos aún, la laguna mental y la creciente sensación de olvidar algo importante que le quedaba una vez despertaba completamente.

— Podría decirse — dijo una voz diferente, confundida, Alexandra parpadeó y miró alr