Estefanía Wolsky
—Estás hermosa —alagó Kadet mientras se acercaba a mi con el collar que me había regalado entre sus manos para ayudarme a colocármelo.
Había estado alistándome para la gala benéfica después de haber confirmado mi asistencia cinco días antes del evento.
Kadet me había comprado un bonito vestido dorado ajustado a mi cuerpo desde arriba hasta el suelo. No tenía aberturas y se arrastraba por el suelo aun cuando tenía unos tacones altos. El escote era sutil, permitiendo únicamente la visibilidad del collar y mi espalda estaba cubierta. Los tirantes era sumamente delgados y la tela parecía seda, pero no era tan llamativa.
Mi cabello estaba suelto totalmente lacio y aunque a mitad de camino me puse algo nostálgica porque por lo general era Mónica quien me ayudaba a prepararme, pude llegar hasta el final y verme decente con el maquillaje suave que me había hecho.
—Gracias —atiné a decir a las palabras de Kadet mientras me daba la vuelta y sostenía mi cabello para que colocara