Capitulo 17: Encontré una flor.
Me levanto al día siguiente con una jaqueca horrible que me hace arrugar los ojos y odiar la luz que entra por mi ventana. Mi habitación es minúscula, pequeña a tal punto que debo colocar velas aromáticas para evitar que el olor a sudor o ropa sucia pueda almacenarse.
Escucho unas voces procedentes de la sala y doy gracias al cielo que mi puerta está cerrada. Solo por eso el día me parece mejor.
Busco el móvil y encuentro miles de mensajes.
Es una exageración.
Muchos mensajes.
Reviso, casi todos son de Ana.
Mi mejor amiga que me tiró a la boca del lobo contándole a mi madre que me quedé en el club anoche.
Súbitamente los recuerdos de la noche anterior me arropan y me levanto con rapidez de la cama.
El hombre y sus manos alrededor de mi cuerpo.
El desconocido