Fransua entra a la habitación de su esposa y al verla sentada en el sofá con una copa en las manos, le dice.
_No es la primera vez que me distraigo con otra mujer ¿Cuál es el problema ahora?.
Ella lo mira con rabia, luego dejando la copa sobre la mesa, se levanta y camina lentamente hacia él.
_El problema, es que me cansé Fransua, me cansé de todo, de tus infidelidades, de tus malos tratos, de todo, de ser tu cómplice.
_¿Mi cómplice?_ Pregunta él fríamente.
_Si, yo he callado muchas cosas, una de ellas la muerte de tus socios, tu siempre haz querido todo para ti, jamás te ha importado los demás, y yo ya me cansé de eso.
_¿Qué me estás queriendo decir? Qué vas a delatarme? ¿Eso?.
_No, eso sería firmar mi sentencia de muerte, te conozco, eres capaz de matarme sin importarte que soy la madre de tu hijo.
_Que bien me conoces, entonces, si no piensas delatarme ¿Qué piensas hacer?.
_Quiero irme de aquí, no soporto más vivir bajo tu mismo techo.
_¿Irte? ¡Vaya! ¿Renunciaras a todos los lujos