Antes su ironía, Bella no pudo evitar voltear los ojos hacia arriba: —¿Estás satisfecho, Sr. Sánchez?
—¡Más o menos! —Carlos se alzó y le dijo—, ya que hemos solucionado el problema aquí, acompáñame a algún lugar.
—¿A dónde vamos?
—Te lo diré cuando salgamos.
Diciéndolo, Carlos arregló su chaqueta y salió de la oficina. Bella despidió a Clara y le siguió afuera. Sin embargo, ella seguía siendo un poco vengativa por su cara asusta como comerciante, pues Bella dijo con frialdad: —Tan misterioso, ¿a dónde vamos? No tengo ninguna relación contigo en privado, no me busques para los asuntos no relacionados con el trabajo.
—Tampoco quiero tener las relacion contigo en privado, —Carlos miró a Bella con extremo desdén y continuó hablando—, me interesa un nuevo proyecto, así que vas a inspeccionarlo conmigo
Ella ni siquiera se había unido formalmente a la empresa Expedición, Carlos ya la llevó a trabajar e inspeccionar el proyecto, ¡qué calculador era!
—¿Me estás maldiciendo en tu corazón? —Carl