Lo primero que hizo Deirdre tras regresar a su habitación fue entrar en el baño y lavarse la cara.

Por fin recuperó un poco la consciencia bajo el chorro de agua fría. Sin embargo, el gran peso sobre su pecho seguía impidiéndole respirar.

Estaba muy agradecida por la oportuna llegada de Declan, que la salvó de las manos de Brendan. De lo contrario, no habría podido escapar de él.

Cogió el teléfono. En ese momento, solo quería escuchar la voz de Kyran.

Declan envió a Deirdre de vuelta a la mansión y se marchó. Un coche negro lo esperaba afuera cuando salió.

Se acercó, abrió la puerta y se sentó en el asiento del copiloto. Brendan estaba fumando su tercer cigarrillo y parecía demacrado. Tras dar una última calada al cigarrillo, preguntó: "¿Está bien Deirdre?".

"¿Estás seguro de que quieres saber la verdad?", respondió Declan, sonriendo amargamente. "¿Cómo es posible que esté bien después de encontrarse contigo? Parecía desquiciada y casi se desmaya".

No hacía falta decir que Brend