"Pero yo soy el paciente".
Las mejillas de Deirdre ardieron ligeramente al oír a Kyran hablar de forma seria. Mordiéndose el labio inferior, refutó: "No pongas excusas. No es como si no pudieras mover la boca".
"Me gusta cuando me alimentas. Estaba suave y olía bien".
Deirdre se sintió muy avergonzada al oír la voz mecánica del teléfono. Se dio la vuelta, con intención de alejarse, pero Kyran tiró de ella sonriendo. "Está bien, dejaré de molestarte".
Cuando Deirdre se sentó, Kyran le preguntó: "¿Por qué estabas llorando cuando me sacaron?".
"¿Lo hice?". Deirdre se sobresaltó, ya que no lo recordaba en absoluto.
"Tenías los ojos rojos", respondió Kyran.
Deirdre recordó inmediatamente la noticia y a la persona que le tomó la foto, y su rostro palideció. Intentando forzarse a recuperar la compostura, bajó la cabeza y dijo: "Solo estaba muy preocupada por ti".
"Vaya, ¿por qué estabas tan preocupada? ¿No te dije que estaría bien?".
Deirdre sonrió, pero sus ojos se volvieron vacíos.