Dios

Capítulo 2

Dios

-¿Entonces si existe dios?

-Sí, aunque no como ningún de ustedes lo imagina–dijo Muerte en un tono apagado y podría decirse incluso que triste.

-¿Cómo es él?

-No tiene forma, no tiene cuerpo, he llegado a creer a veces que ni siquiera tiene conciencia, pero lo ve y lo sabe todo, sin embargo no habla con su creación nunca y por supuesto eso me incluye a mí que también fui creado por su poder.

-Si existe dios eso significa entonces que también existe el cielo ¿cierto?

-No, no hay tal cosa. Cielo e infierno son creaciones humanas, nacidas de sus anhelos de darle sentido a la vida, pero esto que ves es lo único que tienes, no controlas tu tiempo de vida, pero si lo que haces con él.

-No entiendo, si no hay castigo ni bendición entonces ¿podemos hacer lo que queramos sin repercusión alguna?

-Sí y no.

-¿A qué te refieres?

-Desde que la vida es creada, tiene un tiempo definido, su vida es suya para hacer y deshacer a voluntad, pero de su muerte me encargo yo, a pesar de no haber un cielo o un infierno tengo la potestad de darles un final acorde a sus acciones.

-Eso no tiene sentido, porque hay gente buena que muere de maneras espantosas ¿Por qué? ¿Por qué le arrebatas a un padre amoroso a su familia y haces que un pandillero lo acribille a balazos por una puñetera cartera?

-Carlos, ha pasado menos que un suspiro desde ese día.

-¡Pues para mi han sido quince años y no me contestaste! –gritó Héctor enojado.

-No seas imprudente Héctor, no olvides tu lugar, estoy aquí porque lo quiero así, pero no tengo ninguna razón para contestarte, así que no exijas lo que no te corresponde. Se bien que Carlos era tu mejor amigo, hare que te liberes de esa duda, pero no será hoy.

-¿Por qué?

-Porque hay una noche hermosa afuera y quiero ir a un lugar tranquilo para admirarla.

-¿Puedo acompañarte?

-No, será en otra ocasión, deberías dormir, pues mañana tendremos un día juntos, quiero acompañarte y observarlo todo de cerca.

Héctor estaba por replicar y muerte lo sabía, por ello simplemente se esfumó y lo dejó clavado al piso sin oportunidad de hacer nada para impedir su partida, se quedó parado un buen rato hasta darse cuenta que Muerte no volvería pronto si es que regresaba, de modo que se puso la pijama y se acostó pensando en la plática que había tenido. Al contrario de lo que hubiera pensado cualquiera cayó rendido ante el cobijo y la paz que le brindaba hoy su cama.

Muerte volvió al crepúsculo y encontró a Héctor acostado aún, de manera que fue al sofá y tomó asiento, miraba al hombre dormir mientras la luz se colaba por la ventana e iluminaba todo de a poco. El silencio pacífico era algo que Muerte disfrutaba mucho, pero su tranquilidad fue interrumpida con brusquedad por una guitarra eléctrica que con una sirena de fondo fue acompañada por el bajo y la batería, mientras una voz chillona cantaba “Welcome to the jungle, we´ve got fun and games…” Muerte no entendía de dónde provenía ese ruido hasta que Héctor se despertó tomó su teléfono del buró y apago la alarma mientras se frotaba la cara,  hasta entonces se percató de que ella había vuelto.

-Si no te estuviera viendo en este momento, habría pensado que todo fue simplemente un sueño.

-¿Qué eran esos sonidos extraños?

-Guns N´ Roses.

-¿Qué?

-Es una banda de rock.

-¿Rock?

-Es un género musical.

-¿Eso era música?

-Sí, solo una canción de las millones que hay.

-Se escuchaba ruidoso, pero… bien, me gusta. Y el aparato que lo tocaba ¿Qué es?

-Es un celular –Héctor lo tomo y camino hacia Muerte, ofreciéndoselo para que lo observara.

-Qué cosa más peculiar –dijo Muerte mirando desde todos los ángulos el pequeño rectángulo de color negro.

-Hoy en día es una herramienta prácticamente indispensable para el ser humano, pareciera que algunos inclusive no pueden vivir sin ellos –afirmo Héctor.

-No seas ridículo ¿Qué puede hacer esta cosa además de generar música para lograr ese efecto en ustedes?

-Pues puedes comunicarte con otras personas por medio de llamadas, mensajes e inclusive videos al otro lado del mundo en cuestión de segundos.

-Se escucha bastante impresionante pero no como para ser “indispensable”.

-Bueno eso es lo básico que puede hacer cualquier celular actual, pero tienen muchas funciones y aplicaciones destinadas a distintos fines, además de que básicamente con un celular e internet puedes tener la información del mundo en tus manos.

-Vaya eso sí que es algo sorprendente.

-Suena mejor de lo que en realidad es, lo que te dije es cierto; el problema es que la mayoría solo lo usa para expresar opiniones sin importancia en Facebook o subir fotos con filtros de perrito en Instagram.

Muerte se veía desconcertada ante lo que Héctor trataba de explicarle, así que se acercó y desbloqueando el teléfono fue mostrándole como se usaba y a que se refería con lo que había dicho.

-Pensé que eras tonto, pero las fotos que me enseñaste definitivamente están a otro nivel, las personas que me enseñaste ¿sufren alguna discapacidad o solo son estúpidos? 

-Buscan aprobación supongo.

-¿De quién?

-De las demás personas.

-¿Por qué?

-Imagino que es la manera en la que se sienten parte de algo, al fin y al cabo es natural que queramos pertenecer.

-Pertenecer… -Muerte no hablo más.

-Me daré un baño, mientras empápate de la cultura del ser humano actual –contestó Héctor desnudándose.

-Me parece bien, no tardes.

Muerte comenzó a aplicar el nuevo conocimiento adquirido acerca de celulares, navegó unos minutos por Facebook y leyó muchas cosas que publicaban allí, después salió para dirigirse al buscador de google he hizo varias búsquedas, como la peste negra, la viruela, la lucha de las mujeres por igualdad de derechos, la segunda guerra mundial, entre otros. Héctor termino de bañarse y se vistió.

-Listo, vámonos.

-Ok –contesto Muerte en tanto se levantaba para dirigirse a la puerta, mientras le seguía el paso a su acompañante.

-¿Ok? Ya estas aprendiendo el lenguaje que se usa.

-Es la forma de expresar algo afirmativo ¿o me equivoco?

-No, no te equivocas.

Héctor abandonó su departamento acompañado por Muerte y afortunadamente nadie más podía ver a esta última, porque hubiese sido una imagen bastante perturbadora, una figura negra y raída flotando con las alas extendidas detrás de una persona común y corriente.

Muerte se dio cuenta mientras seguía a Héctor de que lo que él le había dicho era cierto, todas las personas que veía pasar iban encerradas en su pequeño mundo, como abstraídas de la realidad, pegadas a las pantallas de sus móviles, caminaban mientras escribían, hablaban o veían algo a través de estos aparatos.

-¿Qué es eso que lleva en las orejas el tipo vestido de azul? –pregunto Muerte.

-Son audífonos y sirven para escuchar de manera personal los sonidos provenientes del celular –comentó Héctor en voz baja y con la boca apretada –Tal vez a ti nadie te escuche, pero a mi si, entonces si hablo contigo pensaran que estoy loco.

-Dudo siquiera que te pongan atención pero aun así no deberías preocuparte por algo tan irrisorio como eso, después de todo no es necesario que hables para comunicarte conmigo, puedes hacerlo con tan solo pensar; de esta manera puedo leer tu mente.

Héctor se quedó petrificado en medio de la calle, como si hubiese tenido una revelación, entonces lo intento y sin hablar simplemente pensó en su respuesta.

-¿Todo el tiempo has podido leer mis pensamientos?

-Sí, aunque no vi la  necesidad de hacerlo, después de todo hemos hablado bastante y haz sido muy cooperativo.

-Supongo que no me queda más que creerte.

-En efecto –respondió Muerte soltando una ligera risa.

Héctor retomo su camino y preguntó.

-¿Ya habías venido a la tierra antes?

-Muchas veces, aunque no de esta forma.

-¿Nunca habías hablado con un humano?

-Sí, en muchas ocasiones. Pero nunca he convivido con uno, solo hablaba con ellos cuando era necesario para desempeñar mi trabajo.

-Pero no necesitas hacerlo ¿o sí?

-No, pero yo elijo hacerlo en ciertas ocasiones.

-¿Por qué?

-Sencillo, cuando me lleve a Hitler de este mundo, me presente ante el como el mayor judío que ustedes tienen en su historia, de manera que sus últimos instantes en este mundo los pasó sufriendo por tener que dialogar con su mayor aversión y sin poder hacer nada para refutarme que él y los alemanes no eran la raza superior.

-¿En serio? ¿O es otra de tus tontas bromas?

-No, lo digo totalmente en serio, y realmente disfrute hacerlo, puso una cara de terror extraordinaria cuando me vio con la forma de Jesús ante él diciéndole que jamás cumpliría sus metas y creyendo que se había vuelto loco, encerrado en el bunker con sus allegados, ingirió veneno y murió.

-¿Entonces eso fue culpa tuya?

-No, recuérdalo, solo cumplo con estar ahí pero el momento ya está definido y es inexorable. Solo cosecho aquello a lo que ustedes llamarían alma, esa energía es absorbida por mí, pero no puedes saber qué es lo que hago con ella.

-¿Por qué?

-Es una regla demasiado importante, no puedo quebrantarla pues ningún ser debe saberlo.

Héctor se detuvo frente a una puerta y entró, un elemento de seguridad le pidió registrarse en una libreta y después prosiguió su camino hasta llegar a un pequeño escritorio, tomó asiento y encendió su computadora en el cubículo que le correspondía; así comenzó su día.

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