—¿Y por qué nunca le has dicho esto a alguien? Louise, esos no son comportamientos normales. Es una obsesión que ese tipo tiene contigo. —Le apuntó con el índice, y se sintió como si estuviera siendo regañada, sabiendo que todo era culpa de las manipulaciones de Alan.
Y todo lo que se refiriera al lado oscuro de la realeza.
—¿Tú crees que no sé qué está obsesionado conmigo? ¿Cómo quieres que le diga esto a alguien? —Preguntó tosca, moviendo sus cejas. —¿Qué se lo diga a tu padre? ¿Qué crees que me dirá? Que estoy mintiendo, eso es lo que hará. Si la gente se entera, no haré nada más que cavar mi propia tumba. Antes que creerme a mí, le creerán al príncipe.
Silencio lúgubre lleno el angosto espacio donde se encontraban.
—¿A caso piensas que me gusta que me llame por apodos denigrantes? ¿Qué me bese a la fuerza cuando intento quitármelo de encima? ¿Tú crees eso? No puedo hacer nada. Nada, nada. No puedo hacerlo.
Esa voz potente y firme, llena de