¿Qué hacía ahora? ¡Estaba perdida si entraba y le veía aquí, con la carta destrozada! Alina estaba llenándose de miedo, y en medio de fuertes gritos desgarradores chocó contra la pared, resguardando la carta en su pecho.
No había forma de que trabara la puerta, o se daría cuenta que alguien estuvo aquí. O más bien, que alguien estaba aquí.
Estaba respirando agitada, y se quedó viendo su reflejo espantado en el espejo al escucharlo suspirar, gruñir, e insultar a quién sabe quién. Saltaba en el lugar con el sonido de vidrios quebrándose y las pisadas fuertes de su hermano mayor haciendo destrozos afuera.
Esas pisadas, fueron disminuyendo.
Y se hicieron más fuertes, cuando se iban acercando hasta donde estaba ella.
“¡¿Qué hago?!” Chilló por lo baj