Una semana después, Sasha salió de la sala de conferencias con Janet, Agnes, Agatha y Marilyn. Todos la estaban molestando para que contara cómo era su vida con Michael. Toda la presión ha sido por el hecho de que ayer Michael la recogió del trabajo y por la sonrisa constante que siempre había en su rostro. La siguieron a su oficina y se apiñaron alrededor de su escritorio mientras Sasha se sentaba, sonriendo mientras miraba sus caras una tras otra.
—¿Qué quieren las chicas?—El jugo caliente, échalo niña— instó Agatha y el resto asintió.—La vida está siendo buena honestamente— sonrió mientras tomaba su teléfono, vio la hora e inmediatamente se puso de pie —chicas, lo siento, continuaremos esta conversación en otro momento, tengo que irme ahora.—¿A dónde?— preguntó Janet.—Escuché hablar a Michael y Gary hoy. Michael irá a rehabilitación para ver a su médico y quiero sorprenderlo presentándome, me he perdido muchas de sus sesiones, pero ya no quiero hacerlo. D