James se acostó a su lado y frunció el ceño.
― ¿Por qué debería? Me resulta aburrido.
Ella se echó a reír, giro la cabeza y lo miro curiosa ― ¿Cómo puede ser aburrido? No sabes lo animado que es, todo tipo de noticias están aquí. Ahora solo hablan de nosotros. Y hasta han inventado innumerables historias de amor.
James solo miró ligeramente y quito el teléfono de su mano, tirándolo a un lado ― Es muy tarde, además me duelen los ojos.
Ella lo miro atentamente ― Gracias.
―Gracias, ¿Por qué?
―Por apoyarme. Me sentí segura a tu lado.
James la giro colocándola debajo de el y la miro con ojos profundos.
― Es el deber de un esposo. ¿Sabes que es lo bueno de todo esto?
Ella alzó un poco su cabeza y le dio un ligero pico en los labios.
― ¿Qué?
― Que podremos mostrar nuestro amor de una manera justa y recta.
Los ojos de Astrid se llenaron de lágrimas.
―Siento que perdimos tanto.
―Pero te prometo que te lo recompensaré. Solo déjame amarte.
Y bajo su cabeza, tomando posesión de sus labios.
James.