Capítulo 5: Eres mi Esposa

- ¡QUÉ DIJSITE! – gritó Judith, ya que después de un rato el chofer le llamó dándole malas noticias.

- Que la señora Roxana no está aquí… - indicó temeroso.

- ¿Cómo que no está? si le dije que te esperara en el lobby.

- Según pregunte… todo parece indicar que el gerente la confundió con una prostituta y la mando sacar del hotel.

- ¡Qué! ¿por qué?

- Fue según su juicio porque estaba vestida como una

- … - Judith estaba furiosa.

- Mi amor ¿qué pasa? – preguntó Damián, ya que no le gustaba ver a su esposa alterada.

- Pide que la busquen ya mando a alguien a que te ayude – indicó terminando la llamada, para luego girarse a ver a su esposo – amor llama a tu amigo y exige la cabeza del gerente.

- Dime ¿qué paso?

- El gerente la mando sacar a la calle por su forma de vestir, cuando ella solo estaba sentada en el lobby esperando a nuestro chofer.

- Ya llamo a mis amigos de la policía – indicó Damián tomando el teléfono para llamar.

- Señora – le llamó la sirvienta.

- ¿Qué pasa?

- Me dice el chofer que vio como unos clientes vip del hotel subieron a la fuerza a la señora a su auto.

- ¿Y por qué no los detuvieron?

- Porque son vip.

- ¿Qué? ¿qué clase de respuesta es esa? – reclamó Judith – olvídalo, llévate a mi nieto a que duerma por favor.

- Si, venga aquí joven amo – indicó la chica cargando al bebe para llevarlo a su habitación.

- Ya están por investigar amor – indicó Damián.

- Pero esto es la culpa de tu hijo y ahora me va a escuchar – indicó furiosa tomando el teléfono para llamarlo.

Mientras Víctor y Lisa ya se estaban poniendo cómodos en la habitación y justo cuando estaban por empezar a disfrutar de la cama, empezó a sonar el teléfono del pelinegro.

- Tch… - se quejó el pelinegro al tomar el móvil y ver quien le estaba llamado.

- Amor… ah… no contestes… - susurró Lisa mientras buscaba besarlo y restregar su cuerpo contra el de él.

- No puedo, es mi madre – indicó molesto.

- De seguro te llama por que tu secretaria te acuso – mencionó ella haciendo una mueca.

- Sí eso paso, ahora mismo le hare pagar por eso – indicó apartándose un poco para contestar la llamada - ¿qué quieres?

- A MI NO ME HABLAS ASI IDIOTA, YO SOY TU MADRE.

- Pues no te has portado como tal…

- Dime ¿dónde estás?

- En el hotel, obviamente – dijo sintiendo a Lisa abrazarlo por la espalda y empezar a darle besos en su cuello y hombros.

- Ah en serio… ¿en el hotel? en ese caso me puedes pasarme a Roxana, quiero comentarle algo importante.

- Ella no está conmigo y no me interesa lo que le hagan.

- Jamás pensé que engrandaría a un maldito imbécil y desconsiderado.

- Ni yo pensé que me harías algo tan cruel como arrebatarme mi felicidad.

- Ya olvida eso y busca a Roxana.

- Le dije que puede hacer con su vida lo que le plazca.

- ¡LA HAN SECUESTRADO!

- ¿Qué?

- La dejaste sola y ella solo tenía a mano la ropa de tu ramera, por lo que el gerente pensó que era una prostituta y la saco a la calle donde otros sujetos igual pensaron lo mismo de ella y se la llevaron a la fuerza.

- … - Víctor se quedó mudo porque eso no tenía lógica ya que ella era una mujer fuerte, pero en eso recordó cómo se cayó de la cama porque sus piernas le temblaban – tch… - ahora se sentía mal porque fue su culpa que fuera un blanco fácil, por lo que se colocó de pie asustando a Lisa.

- ¿Amor?

- Víctor… ¿me estas escuchando?

- ¿Saben algo más?

- Tu padre ya movilizo a la policía...

- Ya regreso al hotel para ayudar – dijo colgando la llamada para empezar a buscar su ropa y ponérsela de nuevo.

- Mi amor… ¿qué paso? – preguntó Lisa preocupada ya que no habia visto a Víctor enojado de esa forma.

- Nos vemos en la noche, adiós – dijo saliendo de la habitación sin mirar a verla.

Lisa quiso detenerlo, pero solo vio como él se marchó… provocando que ella frunciera el ceño y rechinara los dientes, porque la habían dejado… algo que jamás habia pasado.

Mientras tanto Víctor se volvió a subir a su auto para ir a toda velocidad de regreso al hotel para buscarla, ya que ahora se arrepentía de las crueles palabras que le dijo e igual se maldecía por ser tan idiota porque las sábanas estaban manchadas con un poco de sangre, lo que quería decir que le robo su virginidad y por eso no podía moverse bien.

Con la velocidad que llevaba solo tardo unos 15 minutos en llegar de regreso al hotel, notando que el jefe de la policía, varias patrullas y su padre ya estaban en el lugar.

Al ingresar miró que estaban arrestando al gerente que habia lanzado a la calle a Roxana.

- Señores en serio, ¿por qué hacen esto? si esa mujer es…

- ESA MUJER ES MI ESPOSA – dijo Víctor furioso llegando a donde estaban.

- Es… esposa… - dijo asustado al reconocer al pelinegro.

- Ah… jefe – en eso un oficial llego corriendo a donde estaban ellos.

- ¿Qué ocurre? – preguntó Damián.

- Tenemos una pista del auto gracias a las cámaras de tránsito – dijo el oficial mostrando los videos.

- ¿Dónde están ahora? – dijeron al mismo tiempo el jefe y Víctor.

- Están aquí en el hotel, ellos ingresaron por el estacionamiento – dijo mostrando la imagen de los sujetos jalando a la castaña.

- Habla y ¿dime quienes son esos sujetos? – ordenó el jefe de la policía mostrándole las imágenes.

- Am… yo no… no puedo decir.

- Señor, son un par de políticos, están en la suite 3 – dijo una empleada.

- Traidora ¿por qué les dices?

- Porque un par de políticos no son nada contra los Smirnov – dijo Damián – y ahora mismo pediré que te arresten por complicidad con esos.

Al saber dónde estaba Víctor corrió al elevador para ir a buscar a la castaña, apenas las puertas se abrieron el corrió seguido de otros policías donde al llevar a la puerta de la habitación de esos sujetos se podía escuchar los gritos desesperados de la castaña.

- NOO ¡SUELTENME! AYUDA POR FAVOR.

- YA CALLATE PERRA – gritó uno de los hombres a la vez que le pegaba una fuerte bofetada para buscar arrancarle la ropa.

Al escuchar el golpe, el pelinegro no lo dudo y de una patada tiro la puerta asustando a esos sujetos.

- ¡Policía! ¡manos arriba!

- ¿Qué pasa?

- Oigan imbéciles ¿acaso no saben quiénes somos? ¿cómo se atreven a interrumpirnos? y… - empezó a decir el otro hombre, pero este recibió un puñetazo en la cara por parte del pelinegro.

- ¡QUE CREEN QUE LE HACEN A MI ESPOSA!

- … - Roxana estaba temblando y se asombró al escuchar ese grito, donde al alzar la mirada lo vio parado a su lado.

- Vic… Víctor…

- Sh… tranquila – dijo usando una sábana para cubrirla y cargarla al estilo princesa para sacarla del lugar.

Los políticos estaban por quejarse hasta que reconocieron al pelinegro y se quedaron helados, porque sabían lo que eso significaba.

- Oye… espera, no… nosotros no sabíamos que ella.

- ¿En serio? ayer mi boda se transmitió en vivo y no la reconocieron – preguntó con sarcasmo el pelinegro.

- Es que ella estaba sola y…

- Solo espero que hayan robado suficiente porque la demanda que les pondrá mi familia por sus acciones hará que se arrepientan y pierdan todo lo que poseen – indicó saliendo de la habitación.

- Yo… perdón… - indicó triste la castaña.

- Tranquila, ya paso e igual fue mi culpa por dejarte sola – habló acomodándola mejor.

Ella solo asintió y busco aferrarse a él mientras se encaminaban al elevador para regresar al lobby.

Cuando Damián los vio, busco correr hasta ellos.

- ¿Están bien?

- Si la llevare a casa – dijo Víctor – padre quiero que este hotel quede cerrado para siempre y que esos políticos no olviden que no son nada – indicó pasando junto a él para encaminarse al auto.

- Dale por hecho – dijo Damián mirando de reojo al dueño del lugar, que había llegado en medio de la conmoción.

Por su lado, Víctor se adelantó y la llevo a su auto, donde busco abrazarla al escuchar que ella empezó a llorar.

- Sh… tranquila ya paso – dijo buscando darle palmaditas en su espalda.

- … - Roxana tenía miedo por lo que había pasado.

- ¿Te tocaron?

- No… pero… un poco más y lo hacían sniff…

- Tranquila ya paso y no permitiré que nada malo te pase – le susurró buscando calmarla.

Estuvieron un rato abrazados hasta que ella se calmó, donde el pelinegro busco manejar a la casa de sus padres para que ella se sintiera segura.

Al llegar a casa Judith busco abrazar a la castaña para darle apoyo porque debió haberlo pasado muy mal e igual la llevo a que se cambiara de ropas.

- Tranquila hija, lo bueno es que no paso nada – habló al ver que ella ya estaba un poco mas tranquila y regreso con ellos para sentarse en el sofá de la sala – y miren, aquí un chico guapo le estaba esperando -hablo mirando que una sirvienta llegaba con el bebe.

- Ah – balbuceó Eduard al ver a su papá y estar en los brazos de esa mujer que le trataba con cariño y amor.

- Hola hijo – dijo Víctor acariciando los cabellos de su pequeño.

- Roxana se ve que no tendrás problemas con él – indicó Judith al ver esa linda escena.

- Es un niño muy risueño – indicó la castaña dándole un beso en sus manitas y escuchando su risa.

- … - ante eso la sonrisa de Víctor desapareció, porque su hijo al ser pequeño olvidaría fácilmente a Lisa y reconocería a Roxana como su verdadera madre, lo cual le parecía muy injusto.

- Por cierto, ya que están reunidos, acompáñenos ya que les tenemos una gran sorpresa – indicó la mayor donde la pareja se colocó de pie y la siguió mirando asombrados que habían creado una mini mansion en la zona norte del gran jardín de la casa para que ellos vivieran cerca, pero al mismo tiempo tuvieran algo de privacidad.

- Es bonita – dijo Roxana – pero…

- Pasa a verla hija, ya trajeron todas tus cosas – indicó Judith animándola a entrar a la propiedad.

- Yupi… - dijo con sarcasmo Víctor.

- Si alguien NO hubiera abandonado a su esposa nada de esto estaría pasando – le susurró dedicándole una mirada dura a su hijo.

- … - Víctor hizo una mueca mientras miraba la casa ya que sabía que hizo mal y odiaba que su madre le restregara la verdad en su cara.

El igual ingreso a la casa y noto que la habitación principal estaba toda su ropa con la de ella y al lado estaba la de Eduard, al ver que estaban acomodándose en la casa la mayor les dejo para darles privacidad.

Al ver que su madre les dejo a solas, el recordó el rencor que sentía.

- Bueno ya estas bien… - empezó a decir – nos vemos.

- Eh… ¿Víctor? – preguntó confundida.

- Y más te vale que no olvides que yo no te reconozco como mi esposa y solo eres mi secretaria, así que el lunes tendrás listos los pendientes del día – indicó girándose para salir de la casa.

- Víctor… espera ¿a dónde vas?

- Me voy con mi verdadero amor.

- …

- Y pobre de ti donde digas algo o hare que te arrepientas el resto de tu vida.

- Entonces dime por qué…

- ¿Por qué? ¿qué? – preguntó girándose para verla a los ojos.

- Entonces ¿porque fuiste a salvarme?

- Porque para todo el mundo eres mi esposa y sería una deshonra que todo el mundo se enterara de que por estúpida fuiste violada al ser confundida con una vil ramera – dijo girándose para salir de la casa.

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