Capítulo 4: No Te Amo

A la mañana siguiente Víctor despertó y se sintió confundido al verse desnudo en la cama.

Al girar notó que estaba durmiendo al lado de Roxana por lo que se apartó de golpe haciendo que sus recuerdos del día anterior llegaran de golpe a su cabeza haciendo que sintiera asco, por lo que busco colocarse de pie de golpe despertando a su esposa.

- ¿Eh? ¿qué ah… pasa? – preguntó desorientada Roxana y al alzar la vista vio a un hombre desnudo camino hasta una puerta y encerrarse provocando que ella se sonrojara.

Notó que estaba desnuda sonrojándose de golpe y en eso recordó todo lo que había pasado y ahora la timidez se volvió dolor porque recordó que el la llamó Lisa.

Con cuidado buscó moverse para tratar de ponerse de pie y buscar algo para ponerse, pero apenas logro ponerse de pie sus piernas le fallaron y la hicieron caerse donde apenas atino a jalar las sábanas de la cama y con ellas cubrió su desnudes porque la puerta se volvió abrir revelando a un pelinegro ya bañado y vestido.

- ¿Ya te despertaste?

- … - ella alzó la mirada y sus ojos se encontraron con un par de ojos de color azul que le miraban de forma indiferente y con ligero asco haciendo que ella se sintiera mal.

- Bueno ahora que estas en el lugar al que perteneces, podemos hablar – indicó mientras se acomodaba su corbata – no te amo y esta será la única vez que tuviste suerte de que te tocara – indicó girándose a ver al espejo para rectificar el nudo de su corbata – a partir de ahora lo que hagas o dejes de hacer me tiene sin cuidado me has entendido, pero de preferencia puedes morirte para ahorrarnos el drama a ambos.

- Qué… - Roxana estaba asombrada al escuchar esas palabras.

- Mi madre me ha engañado así que por desgracia estoy atado a ti, pero si en verdad te valoras buscaras no molestarme o desaparecer – indicó girándose para colocarse su saco y ni te atrevas a buscar a mi madre para decirle algo o te ira peor – dijo saliendo del lugar y azotando con fuerza la puerta.

Al salir del lugar Víctor fue al estacionamiento del hotel notando que ahí estaba su automóvil donde al menos agradecía eso, sin pensarlo mucho se subió a este y comenzó a revisar su teléfono.

Mientras revisaba y borraba los miles de mensajes que le mandaron felicitando su unión, vio varias llamadas perdidas de un numero desconocido y justo en eso esa persona le escribió, al leer el mensaje sonrió porque era ella y le estaba diciendo donde estaba en esos momentos.

Sin dudarlo dejo su teléfono a un lado y manejó a toda velocidad a ese lugar para encontrarse con ella, tras viajar por unos 35 minutos llegó al lugar acordado y sonrió al verla sentada en la banca de un parque.

- Víctor, mi amor – dijo feliz Lisa al verlo ahí junto a ella, donde buscó correr a él para abrazarlo y empezar a llorar porque estaba dolida por lo que paso.

- Lisa… - indicó Víctor abrazándola con fuerza.

- Mi amor…

- ¿Dónde estabas? ¿qué paso ayer? – preguntó preocupado buscando verla a los ojos.

- Tu madre… snif… ella… ella… - dijo llorando y abrazando al pelinegro.

- Lo se mi amor, nos engañó.

- ¿Qué paso amor? ¿acaso tú?

- Si… lo hizo tan bien que no me di cuenta hasta que el padre nos declaró marido y mujer – indicó apenado el pelinegro.

- … - Lisa miró molesta a Víctor, porque eso significaba que ya nunca tendría el título de señora Smirnov… algo que la hacía enfurecer, así que buscó separarse de golpe de él.

- Amor…

- ¿En serio amor? después de que desposaste a otra.

- No fue algo que yo eligiera – indicó molesto.

- Pero eso quiere decir que ya no podemos estar juntos.

- ¿Y quién dice que no? yo te deseaba dar el título de esposa, pero mi madre me privo de hacer eso – indicó frunciendo el ceño – pero en algo se equivoca ella porque yo solo te amo a ti – dijo tomándola de las manos.

- ¿Y ella? – preguntó mirándolo a los ojos, tratando de calmar sus lágrimas.

- Ella no es nada mío, tal vez sea mi esposa en el papel… pero tú eres a quien amo – aseguró con seriedad mientras se acercaba a darle un beso apasionado.

- … - Lisa estaba feliz por esas palabras – entonces quédate a mi lado mi amor.

- Claro – indicó tomándola de la mano para que ambos fueran a desayunar a algún lugar especial.

- Amor… con… ¿con quién te casaste? – preguntó ella buscando sonar dolida.

- Con Roxana.

- ¿Tu secretaria?

- Si.

- Es decir… que ella siempre aspiró a ser tu esposa – indicó un poco molesta ya que se confió y jamás tomó como amenaza a esa castaña.

- La verdad no lo sé ni me interesa, pero imagino que hizo algún trato con mi madre para volverse tu reemplazo, pero no me interesa así que solo se ofreció para vivir un infierno.

- Aw… yo igual te amo mi amor y eres el único para mi – indicó feliz acercándose a besar los labios de él, ya que estaba feliz ese idiota le creyó a ella en vez de a su madre, lo que significaba que no todo estaba perdido.

- Te amo – indicó feliz Víctor acariciando los cabellos de ella.

- Oye mi amor… ¿y si buscas divorciarte para que estemos juntos?

- No puedo.

- ¿Por qué? – preguntó ella frunciendo ligeramente el ceño.

- Porque ellos me dejaron en claro que si me divorcio de Roxana me desheredaran por completo y se lo dejaran todo a ella.

- ¡QUÉ! - dijo furiosa, pero en eso busco sonar calmada – pero… ella no puede dejarte en la calle.

- Si puede porque es algo común para ellos tomar esas decisiones tan frívolas, pensando que solo me interesa su dinero.

- … - Lisa frunció el ceño porque eso no estaba en sus planes y en verdad esa mujer planeaba quitarle toda posibilidad de aspirar a tocar el dinero de la familia – mi amor, tranquilo – habló tomándolo de las manos – yo… yo no me quiero separar en ti y si esta espera es una prueba más que debamos superar para demostrarle al mundo que nuestro amor es puro y sincero, que así sea.

- ¿En serio mi amor? ¿esperarías?

- Tu eres mi verdadero amor Víctor, solo te amo a ti y a nadie más – indicó feliz – y sabes podemos aprovechar este reencuentro.

- ¿Y cómo?

- Tal vez nos robaron la boda, pero podemos celebrar nuestra propia luna de miel – indicó coqueta.

- Eso me gustaría – indicó divertido el pelinegro, donde tras pagar la comida buscaron un lindo hotel para poder pasarla muy bien.

Por su parte Roxana terminó de secar sus lágrimas ya que jamás esperó recibir esos comentarios tan hirientes de parte de Víctor y ciertamente jamás planeó algo así ya que solo fue víctima de las circunstancias del momento.

Buscó reunir todas sus fuerzas para colocarse de pie e ir al baño a arreglarse, donde buscó llorar un poco más ya que ahora estaba atrapada entre los caprichos de esa familia.

Al salir de bañarse, caminó despacio hasta el armario encontrando mucha ropa elegante y demasiado escotada, provocando que ella hiciera una mueca llena de tristeza porque era lógico que esa mujer se comprar un exceso de ropa, pero prefería buscar usar algo de eso que salir fuera de la habitación con ese vestido blanco.

Tras arreglarse, notó que no tenía nada de su bolso consigo y este lo había dejado de la limusina, por lo que buscó usar el teléfono de la habitación para llamar a la señora Judith, ya que ella era la única que podría ayudarla y solo deseaba regresar a su departamento y fingir que nada pasó.

Justo en esos momentos Judith estaba terminando de desayunar con su esposo y jugaban con Eduard.

- Disculpe señora – en eso la pareja vio que una sirvienta llegaba con un teléfono.

- ¿Qué pasa? sabes que no atiendo ninguna llamada cuando estoy con mi esposo – indicó con el ceño ligeramente fruncido.

- Perdóneme, pero la llama su nuera.

- ¿Roxana? – preguntó Judith confundida mirando a ver a su esposo.

- A lo mejor ya vienen a buscar a este pequeño – dijo Damián.

- … - Judith sonrió ante eso y tomo el teléfono – buenos días Roxana ¿a qué debo su llamada? jeje pensé que despertarían más tarde.

- Disculpe, será que pueda mandarme mi bolso lo deje en el auto anoche – pidió ella.

- ¿Tu bolso? – preguntó mirando a su sirvienta quien asintió.

- Me lo entregaron anoche – informó ella.

- Me están diciendo que lo mandaron a la casa, descuida esta guardado y podrás tomarlo en que vengan a buscar a Eduard.

- Bueno lo que pasa es que no tengo dinero para pagar un taxi que me lleve a mi casa.

- ¿Taxi? ¿tu casa? Roxana de que estas hablando, porque quieres un… espera… ¿dónde está mi hijo? – preguntó frunciendo el ceño.

- Él salió desde temprano por un asunto urgente de la empresa y…

- Roxana no mientas, él te abandono ¿verdad?

-

- Tu silencio contesta mi respuesta Roxana, descuida ya te mando a un chofer para que te recoja, espéralo en el lobby por favor.

- Si muchas gracias y disculpe la molestia – dijo la castaña terminando la llamada.

De esta forma Roxana salió de la habitación y buscó ir a sentarse en uno de los sofás del lobby para esperar al chofer.

- Disculpe señora.

- … - en eso Roxana alzo la mirada y noto que uno de los trabajadores del hotel le estaba hablando y se le miraba molesto.

- Este es un hotel respetable, así que sus trabajos hágalos fuera de este hotel.

- ¿Eh? ¿de qué…? – empezó a decir, pero en eso sintió como era sujetada por otros dos hombres – oigan ¿qué hacen? ¡suéltenme!

- Saquen a esta mujer de aquí – ordenó esa persona.

- Oiga yo no… ah… - Roxana fue aventada a la calle, donde busco sacudir sus rodillas y ponerse de pie.

- ¿Te echaron preciosa?

- Eh… - en eso la castaña noto que un par de hombres se acercaban a ella y no paraban de ver su cuerpo – ese no es su asunto.

- Tranquila preciosa no te enojes – dijo otro sujetándole la mano.

- No suélteme.

- Ven te ayudaremos a entrar para que veas como viven los ricos – dijo otro donde ambos buscaron sujetar con fuerza a la castaña, quien trataba de resistirse.

Lamentablemente el cuerpo de ella aún estaba algo adolorido por la noche de sexo y esos sujetos eran dos por lo que lograron subirla a la fuerza a su automóvil donde no paraban de manosearla.

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