Capítulo 2: Boda Precipitada

Por su parte quien se sentía mal en esos momentos era Roxana, porque jamás pensó que algo así pasaría, pero no pudo callar o negarse cuando esa mujer la interrogo y lo más seguro es que por haber contestado ahora se quedaría sin trabajo porque traiciono la confianza de su jefe.

Justo en esos momentos las puertas del elevador se abrieron dando paso al jefe del lugar, quien se notaba ligeramente molesto al pasar junto a ella.

- Roxana a mi oficina ahora – le indicó.

- … - ella solo dejó las cosas en su silla y lo siguió cerrando la puerta detrás suya–. Jefe…

- Entonces ¿qué pasó?

- Yo…

- Sabes… debería estar furioso y correrte ahora mismo por traidora.

- Lo se señor… perdón por dejarme intimidar por su madre – indicó apenada cerrando los ojos.

- Tranquila se sobre los métodos que usa ella para obtener lo que quiere – indicó sentándose en su silla y dejando escapar un suspiro - por eso no puedo estar molesto contigo ya que en estos 4 años trabajando juntos jamás habia pasado algo así.

- Eso quiere decir…

- Lo que pasó fue mi culpa porque me descuide y por eso mi madre empezo a sospechar sobre mis acciones.

- Ya veo ¿cuál fue el resultado de la visita de ella?

- Ese resultado es la razón por la cual no te despidió.

- ¿Eh?

- De hecho, me siento en deuda contigo – indicó sonriendo y mirando a los ojos a la castaña – y sabes, no sé qué debería hacer para agradecerte por eso.

- Agradecerme – repitió confundida.

- Veras mis padres aprobaron mi matrimonio con ella – indicó alegre - aunque la escusa es darle honor y una familia respetable a mi hijo, pero no me importa porque me podré casar con Lisa.

- Ya veo, jeje felicidades señor – mencionó Roxana sintiendo que se habia liberado de un gran peso de encima con ese resultado.

- Si, así que olvida eso de empacar tus cosas – indicó divertido – porque estarás muy ocupada, la condición es una boda pequeña que se celebrará este viernes.

- ¿Este viernes?

- Aja y tu castigo es que debes organizarlo todo y a la perfección, también resérvame un buen hotel para mi luna de miel ¿entendido?

- Ya mismo me pongo en ello – indicó feliz Roxana de no haber perdido su empleo- ¿cuántos invitados serán?

- Unos 60, aquí está la lista que me dio mi madre e igual lo que sea lo consultaras con ella.

- Perfecto – dijo tomando la lista para luego girarse y salir de esa oficina sintiéndose aliviada de las cosas terminaran de esa forma y ella aun conservara su empleo.

Roxana de inmediato empezo a buscar todo para la organización de la boda sin reparar en gastos ya que le habían autorizado un fondo especial para la boda y era lógico que costaría más porque era de un momento a otro todo.

Por su parte Lisa se sentía en la gloria porque sus “suegros” se llevaron al mocoso llorón y para mejorar su suerte su amado Víctor le entrego una tarjeta de crédito sin límite para que comprara su vestido de novia con todos los accesorios para que se viera hermosa para el gran día; aunque ella igual hizo unos gastos extras en varias tiendas exclusivas y joyerías para celebrar que habia ganado.

Durante sus compras Lisa se encontró con un hombre guapo con quien decidió pasar su despedida de soltera a su estilo para seguir celebrando su gran victoria.

Por su lado los señores Smirnov ya habían anunciado el matrimonio de su hijo a sus amigos más cercanos y era lógico que por la prisa de las cosas ya existían rumores y habladurías, pero era algo soportable a saber que podría haber sido peor el escándalo si se enteraban después sobre lo que habia hecho Víctor.

- Bueno al menos ya sabemos con seguridad que este pequeño si es nuestro nieto – opino Damián, un hombre que era la versión madura de Víctor, solo que el mayor poseía ojos de color chocolate y en esos momentos estaba terminando de leer los resultados de los exámenes de paternidad que le aplicaron al menor.

- No puedo creer que lo descuidara de esta forma – indicó molesta Judith.

- Bueno solo nos queda mitigar los daños de sus acciones y seguir adelante.

- Pero Damián esta boda es un error – se quejó, mientras se acomodaban en el jardín para disfrutar del agradable tiempo y así servía para que el bebe no estuviera encerrado dentro de la casa – además ESA ya está celebrando porque el estúpido de nuestro hijo le saco una tarjeta de crédito a su nombre y está comprando como loca y ni ha venido a ver a su hijo.

- Amor, tranquila.

- Amor nada – indicó molesta- Damián esa oportunista se saldrá con la suya.

- ¿Y qué sugieres que hagamos? porque si la alejas tu hijo se encaprichara más con ella y será difícil de hacerle entrar en razón, debes dejar que todo pase y que él mismo se dé cuenta de cómo es esa mujer en realidad.

- Pero me preocupa que cuando eso pase como dices… sea cuando nuestra empresa este en la quiebra y nos quedemos sin nada.

- Animo confía en mi porque tengo el presentimiento que todo saldrá a nuestro favor, ya verás.

- Je… ¿en serio?

- Sí.

- Sabes me gusta cuando hablas con ese aire de misterio a tu alrededor – indicó la mujer buscando sentarse junto a su esposo para darle un beso en los labios.

Y así, entre inseguridades y chismes la semana llego a su fin dando paso al gran día tan esperado. Justo en esos momentos Roxana habia salido temprano de la oficina para supervisar los últimos detalles en la iglesia porque el salón ya estaba totalmente listo.

Al llegar a la iglesia noto que ya le esperaban.

- Señora Judith, buenas tardes.

- Felicidades Roxana, me gusta lo que veo y eso demuestra lo eficiente que eres.

- Muchas gracias, gusta acompañarme estaba por supervisar como vistieron la iglesia para luego ir a cambiarme.

- Claro – indicó la mayor.

Ambas miraban que cada adorno estuviera en su lugar y verificaron que la alfombra no tuviera ni una sola arruga, justo cuando estaba por retirarse para irse a cambiar de ropas escucharon algo que no debía escucharse en una iglesia.

- ¡AH! SI, MAS, MAS RAPIDO AH… - se empezaron a escuchar unos fuertes gemidos.

- Pero… - Roxana se sonrojó al escuchar eso.

- … - Judith frunció el ceño porque esa voz era de esa mujer.

Ante tales gritos ambas fueron a buscar el origen de esos gritos, donde llegaron a la habitación que usaría Lisa como camerino para cambiarse y estar lista para el gran momento donde a cada paso que las acercaba a ese lugar los gritos eran más fuertes.

La señora Smirnov estaba furiosa por lo que sin llamar o avisar abrió de golpe la puerta encontrándose a la futura novia teniendo sexo salvaje con un perfecto extraño.

- Ah dios si, más… más…

- Claro que si preciosa, prepárate para recibirme por completo – indicó coqueto aquel hombre acariciando el cuerpo de la rubia.

- ¡QUÉ SIGNIFICA ESTO! – gritó Judith haciendo que la pareja se asustara y separara de golpe.

- Señora… - Lisa estaba asusta ya que jamás la escucho entrar y esto… esto no debía pasar.

- ¡ESTO ES UNA IGLESIA! NO UN PROSTIBULO.

- ¿Qué pasa aquí Judith? – en eso Lisa se asustó al escuchar la voz de su suegro donde busco usar una sábana para cubrir su desnudez - ¿qué pa…? – Damián se quedó mudo ante la escena que estaba presenciando.

- Pu… puedo explicarlo – dijo rápidamente la rubia.

- No necesitas explicar nada y luego decías que amabas a mi hijo – indicó el mayor molesto.

- Vez que lo que te dije – hablo furiosa mirando primero a su esposo y luego se giró a ver a la castaña para hablarle – Roxana llama a los de seguridad.

- Ah… si – indicó la castaña que estaba asombrada por lo que acaba de ver, pero reacciono y llamo a unos de seguridad.

- Esperen… pu… puedo explicarlo, es que esto es parte de mi despedida de soltera y… - pero en eso se quedó callada al recibir una bofetada.

- Ahora mismo te largas de aquí – ordenó Judith.

- ¿Como se atreve a pegarme? usted… usted no…

- ¿Llamaron? – en eso la rubia vio que habían llegado dos personas de seguridad.

- Saquen a esta mujer de aquí, llévenla a tirar a las afueras de la cuidad.

- ¡QUÉ! NOO… NO PUEDE, no puede sacarme así porque sí, porque Víctor me ama y hoy es nuestra boda y…

- Descuida ahora me encargo de arreglar todo eso, pero tú ya no eres necesaria – dijo Judith de forma fría para luego chasquear los dedos donde esos hombres la sujetaron de los brazos y así desnuda la sacaron de ese lugar junto con su amante.

- ¿Y qué hacemos ahora? – preguntó Damián.

- No dejare que esa mujer descarada sea parte de mi familia – indicó con seguridad.

- ¿Y qué hacemos con la boda y los invitados? – volvió a preguntar el pelinegro.

- ¿Quieren que cancele todo? – preguntó asustada y preocupada Roxana.

Judith miro a ver a la castaña y sonrió de lado, mientras tomo el vestido de novia que estaba colgado y se lo entregaba a la castaña.

- Póntelo – le ordenó.

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