Cap. 35: "Para ti, Anthony"
Al día siguiente, después de despedir a Micky en la escuela, María Elena se dirigió a la casa de sus padres. El suave aroma a café recién hecho y el calor familiar de la cocina la recibieron al entrar. Miguel y Luciana, siempre atentos, la saludaron con cariño y la invitaron a sentarse a la mesa para desayunar.
—¡Hija! Qué bueno verte tan temprano —dijo Luciana, llenando su taza con café—. ¿Cómo te ha ido?
María Elena esbozó una sonrisa tímida y aceptó el café que su madre le ofrecía. Tomó un sorbo y respiró hondo, como si tratara de reunir fuerzas.
—Quería hablar con ustedes… —comenzó, sin apartar la vista de su taza.
Miguel, siempre observador, notó la seriedad en su expresión y dejó de leer el periódico para enfocarse en ella.
—¿Qué ocurre, mi niña? —preguntó, con una mirada preocupada.
María Elena levantó la vista, sintiendo el apoyo de sus padres, y decidió contarles la verdad.
—Anthony ya sabe la verdad sobre Micky —dijo en voz baja, y luego, con un suspiro, continuó—. Finalment