280. Frío hospital
280
El frío del hospital se colaba por cada rincón de los pasillos desolados, el eco de los pasos resonaba con un ritmo constante, interrumpido ocasionalmente por el suave zumbido de las luces fluorescentes. Era tarde, y el silencio parecía intensificar el aire pesado del lugar. Una mujer, vestida con el uniforme característico del personal, caminaba con seguridad. Sus ojos inquietos escaneaban cada rincón, cada figura, en busca de algo —o alguien.
Se detuvo frente a una habitación y empujó la puerta con firmeza, pero sin apresurarse. Allí estaba ella, Brigitte Hawks.
—Al fin te tengo en mis manos… —murmuró, mientras se quitaba el tapabocas que cubría parte de su rostro, revelando unos labios curvados en una sonrisa que desprendía un aura de superioridad. Sus ojos, fríos y calculadores, brillaban con una intensidad inquietante.
Siempre tan imponente y altiva, miró a Brigitte por encima del hombro, como si todavía quisiera ejercer control sobre la situación.
—Y mírate ahora… —soltó una