Capítulo468
Iván miró hacia atrás por un momento, pero como Gerardo no le pidió que se detuviera, no soltó el acelerador y el coche continuó su veloz trayecto por la carretera.

Cira apretó los dientes y giró la cabeza para mirar fijamente a Gerardo.

—¡Haz que se detenga!

Gerardo se inclinó de repente hacia ella, acercándose instantáneamente. La proximidad repentino hacía que incluso su ligera fragancia a pino pareciera invasiva. Las percepciones de la distancia segura varían de una persona a otra, pero superarla siempre provoca incomodidad. Sin pensarlo, ¡Cira sacó un pequeño cuchillo de su bolso y lo apuntó hacia él!

Sin embargo, Gerardo fue más rápido y hábil, atrapando el cuchillo con destreza. Al mirar hacia abajo, vio que era una navaja plegable portátil, corta pero afilada, lo suficientemente peligrosa. Luego, levantó la mirada para enfrentar a Cira.

Él lo entendía. La repentina pelea, el secuestro, la carrera y el accidente repentino habían dejado a Cira afectada, y ella instintivamente se
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