Cira y el gerente Valverde acordaron firmar el contrato a la mañana siguiente.
Ella llegó temprano a la empresa, tuvo una breve reunión con los departamentos legal y comercial. A las diez en punto, bajaron para recibirlo.
Aunque el gerente Valverde ya no se atrevía a actual con arrogancia, aún querían mantener la actitud sincera. Justo cuando vieron el coche del gerente Valverde, escucharon una voz que decía: —¡Cira!
Ella instintivamente volteó la cabeza y vio a Estela acercándose, frunció ligeramente el ceño.
Estela la miró firmemente y dijo: —Tengo algo que decirte, busquemos un lugar para hablar.
Cira respondió con cortesía: —Lo siento, señorita Zavala, estamos atendiendo a clientes en este momento, no estoy disponible.
Estela habló con voz profunda: —¿Quieres decir que no quieres hablar conmigo en privado y prefieres hacerlo en público frente a todos aquí?
Mientras tanto, el gerente Valverde ya había bajado del coche, y Cira solo pudo mirar al representante comercial y ese ent