Capítulo 14
La enfermera limpió la herida de Keyla con desinfectante, lo cual le produjo una picazón y provocó que soltara un suave grito. Al escucharlo, Morgan se acercó rápidamente y le preguntó preocupado:

—¿Cómo estás?

—No te preocupes, solo es una herida leve —respondió Keyla mientras se preocupó —. Morgan, ¿cómo está tu hombro? Deja que el médico te revise lo antes posible.

El hombro de Morgan había sido golpeado por un pedazo roto mientras la protegía. Pero, Morgan no prestó mucha atención en su herida, solo respondió:

—No hace falta.

Sin embargo, al ver la palma herida de Keyla, le dio algunas instrucciones con preocupación:

—Antes de que la herida se cure, no la mojes. Si se infecta, podría empeorar la situación. Ordenaré que alguien te cuide más tarde.

—Puedo cuidar de mí misma, Morgan. No necesitas tratarme como a una niña —respondió Keyla.

Cira solo los observaba fríamente. Los sentimientos de cansancio y decepción en estos tiempos se habían acumulado como un mar de frustración, las ol
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