La celebración de cumplemés en la familia Lirio se llevaba a cabo en la villa, con toda la propiedad iluminada tanto por dentro como por fuera.
Cira y Marcelo salieron del salón de banquetes hacia el jardín. Marcelo sintió que el viento soplaba fuerte y Cira, solo con su vestido de gala, podría resfriarse. Él sugirió: —Ya has saludado a la señora Lirio. Puedes irte ahora, te llevaré de vuelta.
Cira negó con la cabeza: —Esperemos un poco, la cena aún no ha llegado a la mitad.
Aunque tal vez nadie notaría si se iba ahora, ella estaba acostumbrada a ser meticulosa y a no dejar ningún detalle fuera.
Marcelo extendió la mano y ajustó el abrigo que ella llevaba puesto, luego se colocó frente al viento para protegerla.
Miró hacia abajo y le preguntó en voz baja: —Parece que estás cansada. ¿El trabajo es muy agotador y no tienes tiempo para descansar?
—Acabo de unirme a la empresa, no estoy muy familiarizada, así que estoy ocupada al principio. A medida que me acostumbre, será más fácil —resp