POV de Remus
La sangre, de un rojo intenso, manchaba su vestido de satén dorado.
Se deslizaba por sus muslos, moviéndose como a cámara lenta, un río carmesí filtrándose en la tela dorada. Sus dedos temblorosos se alzaron para tocar la mancha, y sus ojos se clavaron en el tono rojo que oscurecía sus palmas temblorosas.
Respiraciones agitadas escapaban de sus labios, el miedo devoraba su compostura. En ese instante crucial, reaccioné rápido, la sostuve antes de que cayera al suelo frío.
Una señal silenciosa pasó entre mis hombres leales, y sus instintos bien entrenados los llevaron a formar un muro protector, ocultándonos de las miradas curiosas de los invitados.
—Llévenla a su habitación y llamen al mejor médico —ordené con urgencia, depositándola con cuidado en sus brazos.
Las miradas ya estaban sobre nosotros. El público entero la observaba mientras la alejaban de la escena.
En un intento por retomar el control, tomé una copa de cristal llena del mejor vino y la alcé en un brindis ha