Capítulo 50. Fuego en los huesos.
Capítulo 50. Fuego en los huesos.
No me fui de inmediato, antes de irme necesitaba descansar y asegurarme de que todo estaría bien en mi ausencia. Así que pasé toda la mañana en la cafetería, asegurándome de que los híbridos estuvieran más o menos acomodados en el centro comunitario. Los del pueblo se habían mostrado reacios, pero al final la necesidad de ayudar pudo más que el miedo. Ian estuvo todo el tiempo a mi lado, con ese ceño fruncido que ya le conocía bien.
—Podrías quedarte —me dijo en voz baja cuando nos quedamos a solas, revisando una olla de sopa que habían preparado para los recién llegados.
—Sabes que no puedo.
—Claro que puedes. Nadie te obliga a ir.
Lo miré fijamente.
—Marianne me pidió ayuda. Y no es solo por ella. Si el padre de Alaric muere, Vivienne tendrá vía libre para apoderarse de todo. No puedo ignorarlo.
Él apretó la mandíbula, pero no discutió más. Sabía que no serviría de nada.
Antes de marcharme, fui personalmente al centro comunitario. No podía i