Tenía dos opciones... Seguir el camino que acepté junto a él o separarme en la primera oportunidad que encuentre, pero eso sería dejar de amarlo y creo que es imposible.
—Edgar— digo su nombre en medio de la oscuridad de la habitación, lo busqué en la cama y al parecer no estaba.
Encendí la luz y solo vi su lugar vacío, ni rastro de él.
Cubrí mi cuerpo con su camisa blanca y bajé en silencio hacia el salón.
Siendo sigilosa y con el corazón latiendo rápidamente, pude escuchar los gritos de un hombre agonizando entre súplicas y dolor.
La piel se me erizó y mi corazón se encogió, me guie por a