Zoe
Maldición, maldición y mil veces maldición, no estaba para tener pleitos con Edgar y muchos menos hacerlo enojar y aquí estaba, helada por su mirada tan profunda, me estaba ahogando en un vaso por querer llevarle la contraria.
—Joder— grité y decidí no entrar, mis piernas empiezan a caminar alejándome de la casa de Claudia.
Desconocía totalmente la intención que tenía Claudia, no sabía si estaba dispuesta a arreglarlo todo entre nosotras o causarme más problemas de los que ya me metí por ella, pero si Edgar no quiere que nos encontremos es por algo y sé que no es nada bueno.
—Vamos contesta— le llamo insistentemente, pero él no me coge las llamadas.
Solo quiero que sepas que estoy de camino a tu casa— le escribí un mensaje para tranqui