- ¡Oh esto que siento no puede ser normal, la armadura tiene que estar por aquí! –de la nada escuchó una voz que le susurraba:
–Lía por aquí. –luego se dio cuenta que no solo era una voz, sí no que era una sombra que le señalaba hacia dónde ir. Lía empezó a seguir aquello que le habló, caminaba con un poco de dificultad por alrededor de la montaña, sus pies se enterraban en la nieve, por un momento la sombra desapareció frente a una entrada.
– ¡Esa debe ser la entrada de la montaña, la de mi sueño! Y esa sombra…hizo una pausa, se puso un poco pensativa y dijo:
–También la he soñado. -La joven se acercó y se dio cuenta que era muy angosto, así que se puso a medio lado y entró.
–No logro ver nada, está muy oscuro todo. –expresó la chica. De repente se escuchó un grito que venía de adentro de la montaña:
– ¿Qui