CAPÍTULO XIX

Aston no continuó con los intentos de comunicación con su compañera una vez que Sia le anunció que en su último chequeo Fira estaba estable y durmiendo. Después de veinticuatro horas de guardia, un par de cervezas y una pizza junto a sus colegas, decidió que lo mejor que podía hacer por sí mismo era irse a su casa y dormir. El día lunes su compañera se incorporaría al servicio, ellos comenzarían a trabajar en el caso y solo estarían concentrados en encontrar a los hijos de puta que estaban secuestrando, torturando y asesinando mestizos.

Se despidió de sus colegas y a las nueve de la noche estuvo en su loft del distrito humano de Tevah-Sheva. Se duchó, se deslizó entre su cama sin una pieza de ropa que cubriera su cuerpo y el agotamiento hizo acto de presencia diez minutos después.

Su descanso fue profundo y reparador, se despertó alrededo

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