Mentiría si dijera que pude descansar, pasé toda la noche cuidando a mi esposa, no podía sentirme seguro ni siquiera en la casa de mis padres y no es para menos, ayer desbloqueé un nuevo miedo y es perder a mi esposa. Como ella sigue dormida me levanto y hago mi rutina de aseo personal, luego me coloco un traje y bajo, necesito ir al hospital a averiguar cómo sigue el desgraciado ese, también ponerme en contacto con mis abogados porque no quiero que traten de hacer una jugada sucia para que ellos puedan salir bajo fianza. Estoy casi seguro de que Emili es tan responsable de esto como Alexander, así que trataré por todos los medios de que él la hunda. Ese hombre no es estúpido y si tengo que llegar a un tipo de acuerdo para darle algo de dinero a su familia y que él confiese toda la verdad lo haré… al fin de cuentas, lo único que me interesa es que estén encerrados para nosotros poder vivir el resto de nuestras vidas en paz.
—Buenos días, hijo, ¿cómo amaneciste?
—Buenos días, madre ca