REINA DE HIELO. CAPÍTULO 82. Una kriptonita

No sé cómo logro evitar que mis tacones rompan el mármol bajo mis pies. Solo sé que trago saliva con odio y me siento sin saludarlo.

Paso la reunión concentrada, y diciéndome a mí misma que lo mejor es no hacerle caso, pero cuando la junta termina es él quien se acerca a mí.

—¿Hoy no me vas a reclamar? —pregunta y lo miro como si fuera una rana que se me quiere pegar al zapato.

—¿Para eso invertirte en Ironclad Strategies? Si quieres reclamos ¿por qué no vuelves a Suecia? Apuesto a que van a recibirte con muchos de esos por allá —siseo en respuesta, con los brazos cruzados y una ceja arqueada.

Viktor sonríe. Esa maldit@ sonrisa que parece no haber sufrido nunca.

—No, eso no me interesa, me gusta mucho esta nueva etapa de inversiones.

—¿Y no había otra empresa que no fuera esta? —lo increpo.

—Bueno… ¿no dicen que diversificar es lo más inteligente? ¿Crees que tu padre adoptivo es menos inteligente que tu tío Ren?

—No, claro que no…

—Pues por