— Es un alivio que el profesor Rowand no dejará un ensayo como acostumbra hacer, ¿te imaginas? Él es muy estricto, sobre todo no te perdona un error. — salieron del salón casi al último que todos. A Luke aún le costaba trasladarse en las muletas, pero ya no sentía tanto dolor en el tobillo.
— Me recuerda a un profesor que me enseñó en una escuela en Seúl.
— ¿En serio? ¿Cuántos profesores tuviste durante toda la etapa primaria y antes de que llegaras a aquí? — preguntó Sarah al detenerse en su casillero.
— No puedo contar tantas personas, pero de algunos llegué a conocerlos al menos un poco, como para hasta el día de hoy no haber perdido contacto.
— ¿Era mejor hacer amigos con los profesores? — abrió su casillero y guardó algunos libros en su mochila que necesitaría en casa.
— No. No eran amigos. No puedo considerar a alguien mi amigo, si no lo conozco lo suficiente. Tampoco sé si yo podría mantener una amistad por tanto tiem