El beso era apasionado y estaba haciendo que ambos perdieran la conciencia, pero antes de que eso pasara April se separó, necesitaba respirar, maldito fuera el oxígeno, con un gran suspiro y una sonrisa en su rostro lo miró a los ojos.
—Tengo algo para ti. —Luca se sorprendió, la vio comprar cosas de hombre, pero no pensaba que fuera para él.
—¿Por qué?
—Porque puedo y quise — buscó entre las bolsas el regalo de Luca y se lo entregó con una sonrisa — Espero y te guste. — Luca sacó de la bolsa de regalo la camisa, la corbata y una caja cuando vio el reloj, sonrió, April tenía buen gusto.
—Todo está muy hermoso April, tienes muy buen gusto — dijo con una gran sonrisa en rostro, luego miró las otras bolsas de regalo. — ¿Y esas bolsas, para quienes son? — April también las miró.
—De Gabriella, Stuart, Elías, Liz y mamá. — dijo también sonriendo.
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