CAPITULO 07

Al llegar a mi habitación, solo me tiro a mi cama ahogando un grito, ya había votado mi maleta a un lado de la cama y mis energías esa noche eran las peores y mis ánimos estaban por el piso, no tenía intenciones de levantarme esa noche.

Los recuerdos llegan a su cabeza, no puede evitar sentirse triste al recordar que War no estaba cuando el salió del baño, solo podía arrugar el papelito y desear en algún momento conocerlo, quiso buscarlo en algún cubículo de baño, pero no lo hizo, respeto su decisión y solo le queda esperar a que War sea quien desee presentarse.

Toma su celular, entrando al chat de War, quiere escribirle y agradecerle, pero siente vergüenza de todo esto, de lo que paso, de lo cobarde que fue, siente que no es capaz ni de escribirle un “Hola”, pero siente que su presencia le ayuda de cierta manera su vida.

Tal vez por él, podía ser capaz de defenderse. Por le seria valiente.

Se levantó de su cama y camino hasta la nevera para tomar algo de agua, después se volvió acostar en su cama, de verdad esa noche no pensaba ni en bañarme.

Tal vez solo quería pensar.

Esa noche quería cambiar, pensó en todas las posibilidades que tenía su vida, pensó en la mejor manera de dejar de ser un cobarde, se propuso como meta lograr defenderse y no volver a permitir que alguien lo haga sentir miedo.

Además de que sabe que solo puede ser feliz si deja de ser cobarde, si logra enfrentar sus temores y no permite que alguien le haga bajar su cabeza, ya no sentirá miedo, después de todo, su único enemigo era el mismo.

Y ya era hora de aprender a vivir feliz.

[…]

A la mañana siguiente se levantó con masa ánimos, desde ese momento no permitirá que alguien lo tratase mal por ser diferente, el proceso de amarse a sí mismo empezaba a funcionar, desde ese día, Erick sabía que había cambiado.

Busco su uniforme de la universidad, sus cuadernos del día y salió de su habitación, ese día tendría que ir a reclamar la cuota mensual que le enviaban sus padres, de esa manera podría pagar el arriendo y comprar algunas cosas de comida. Emprendió su camino a la universidad, observando todo a su alrededor, se sentía diferente y eso lo tenía de buen humor. En el camino había decidió comprar una malteada de leche rosa.

Justo antes de llegar a la universidad, Omar y sus amigos se interpusieron en su camino, no bajo la cabeza, no iba a permitir que estos lo hicieran sentir menos, eran ellos los que sentirían así.

El valiente vive hasta que el cobarde quiere. Y Omar aprenderá que ya no tiene efecto en mi vida.

—¿Leche rosa?, Que gay es eso —

Su tono burlesco altero su sistema, hoy no, hoy se reirían de él.

Hoy ganaría él.

—Sí, y, ¿Acaso no lo soy? — Respondió con descaro mientras bebía de su leche.

Al parecer a Omar no le gusto para nada que le haya contestado, ya que su disgusto se vio en su rostro.

—Te atreves a contestarme — Se escuchaba enojado, Erick se felicitaba por su logro.

Se sentía bien poder defenderse por su cuenta, lo había logrado, ese día era una persona diferente.

—Sí, acaso, ¿Querías que me quedara callado? —

Omar no contestó, sabía que su estúpido orgullo estaba roto.

—Escúchame bien — Hable con seriedad, sin dejar de mirarlo — Deja de ser idiota, que sea Gay no significa que no me defenderé. No permitiré que te rías otra vez de mí, Deja de ser imbécil y sal de mi vida, si te repudia que sea Gay porque sigues acá, vete, pero no vuelvas. Porque de todas maneras no eres importante, hace mucho dejaste de serlo.

Y sin dejar hablar a Omar, termino de su leche y se marcha, con una sonrisa de satisfacción, eso había sido genial, si no fuera por el hecho que tenía que parecer serio, hubiera estado brincado de felicidad por todos los lados.

Al entrar a la universidad volvió a encontrarse con el chico moreno, este le sonrió y él le devolvió el saludo.

Un mensaje a su celular, le hizo indicar que tenía un nuevo mensaje.

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