179. Encuentro Sorpresa
Benjamin
La rabia aún hervía dentro de mí, incluso después de nuestra discusión. Aunque amaba a Ravenna, su terquedad e imprudencia me sacaban de quicio. Necesitaba un tiempo a solas, lejos de todo, para intentar poner mi mente en orden.
"Necesito salir a dar una vuelta," dije, la voz aún áspera. "No te preocupes, no tardaré."
Ravenna asintió en silencio, los ojos tristes, pero no intentó detenerme. Tomé ropa apropiada para correr y salí por la puerta, sintiendo la tensión en mis músculos. Empecé a correr, tratando de alejar la frustración con cada paso firme en el suelo.
La brisa fresca golpeaba mi rostro mientras corría por los límites de la manada, pasando por las casas y calles familiares. Los niños jugando, los jóvenes entrenando, y los adultos ocupándose de sus tareas diarias. Todos confiaban en nosotros para mantenerlos seguros, y esa responsabilidad pesaba más que cualquier otra cosa.
Mi carrera me llevó hasta las proximidades de las escuelas de la manada. Necesitaba este ejer