Mi corazón empieza a latir rápido, mi respiración cambia un poco su ritmo, mientras mi mente intenta disipar todos esos pensamientos que fueron causados por la mente pervertida de Priscila, pero que aun así, no evita que pose mi mirada sobre mi prometido, quien cierra la puerta con cuidado, antes de voltearse y sonreírme como si yo no estuviese a punto de un colapso.
- hola - dice mostrando una sonrisa en su rostro, una que me causa aun mas temor cuando veo como empieza a dar varios pasos en mi dirección.
- hola - respondo lo mas segura que puedo antes de ver como se sienta en la orilla de la cama, a poca distancia mía.
- ¿ que tal estuvo la fiesta?
- b-bien, yo... - vamos Annastasia, ¿que rayos te pasa?
- espero que te hayas sentido cómoda, se que estas formalidades pueden ser... interesantes - asiento sabiendo bien a que se refiere.
- ¿como estuvo todo con... tu abuelo? - pregunto refiriéndome a su charla de hace poco.
Detecto como traga saliva, desviando su mirada de mi, para lueg