Especial Cap. 58
Ese día de caos comenzó con un error inocente.
Davina, que no tenía malas intenciones, le dijo alegremente a su padre:
—¡Mami se cayó!
Lo que debía ser un comentario inofensivo de una niña parlanchina se convirtió en una auténtica emergencia.
¿La razón? Bueno… porque su padre era el señor Alexander.
Y desde que el embarazo de Livia había sido confirmado, el señor Alexander se había transformado en el esposo más sobreprotector del mundo.
Aquella misma tarde, Damian había ordenado a su asistente, Brown, tener el jet privado en espera… por si acaso. Si algo salía mal, la llevaría al extranjero sin pensarlo dos veces. Su rostro estaba enrojecido por la preocupación; el pánico le nublaba la razón.
Mientras tanto, el asistente Brown ya hablaba por teléfono con el doctor Harris, solicitando un obstetra, enfermeras y todo el equipo necesario. En cuestión de minutos, un equipo médico completo iba de camino a la residencia Alexander: una llamada de emergencia como no se veía en años. Era como u