Frente a la mansión principal

Un coche entró por la puerta principal y se detuvo lentamente frente a la casa. Era la señora Alexander, que regresaba de un evento benéfico. Se la veía complacida, como si hubiera ganado algo maravilloso durante la ocasión. Hasta el mayordomo Matt pudo notarlo por la expresión radiante en su rostro.

—Matt, ¿Jenny ya regresó a casa? —preguntó la mujer mientras se quitaba los guantes.

—La señorita Jenny acaba de subir a su habitación. ¿Desea que la llame? —respondió el mayordomo, inclinándose con respeto.

—No hace falta. La veré más tarde. Quiero descansar primero. Ah… estoy de tan buen humor hoy.

Matt esbozó una sonrisa cortés, aunque se sorprendió cuando ella añadió:

—Hay un joven que quiero presentarle a Jenny. Está en la edad justa para empezar una relación seria.

Sonaba verdaderamente encantada con la idea.

El mayordomo Matt se quedó helado por un instante. Qué coincidencia, pensó. La señorita Jenny ya tiene novio, y ahora la señora planea presentarle