—Ya te dije lo que tienes que hacer—dice, tirando de mi cara hacia la parte delantera de sus pantalones. Miro a Theo y puedo ver en sus ojos que no quiere que lo haga, pero no puedo verlo morir electrocutado. Me perseguirá para siempre si eso sucede.
—Lo haré. ¡Pero, por favor, déjalo a él!
—No, cariño, tú vas primero—dice, bajando la cremallera de sus pantalones. Está a punto de sacarse la polla cuando una voz de afuera lo detiene.
—Es suficiente, Gordon—escucho decir a Walden desde afuera. Nunca esperé estar feliz de escuchar su voz.
—Está bien—dice el hombre repugnante y deja de electrocutar a Theo. Rápidamente corro hacia mi compañe