Al día siguiente, al salir de mi habitación, encuentro a Theo parado frente a mi puerta.
—Theo—digo, un poco sorprendida de verlo.
—Ven conmigo—dice y baja las escaleras.
Lo sigo a la sala de estar y no habla hasta que me siento.
—Me he dado cuenta de que encontrar a tu mamá por ti misma es importante para ti. He decidido dejarte continuar con tu búsqueda con una condición —dice, y por primera vez desde que conocí a mi pareja, le sonrío.
—¿Cuál es tu condición?
—Debo ir contigo.
—¿Quieres venir conmigo? &iq