Nore soltó una risa nasal al imaginárselo, ignorando los débiles golpes del pie de Sharon en su muslo para que parase de reírse de ella.
-Voy a la cafetería, te dejo en buenas manos - sacudió Cristina el pelo de su amiga antes de darle una mirada cómplice y despedirse de Nore. - Gracias por venir a verla.
Sharon seguía enfurruñada, viendo con los brazos cruzados a Nore que ojeaba de pasada todos los documentos que tenía desperdigados.
-Fue una mujer imbécil que abrió la puerta del coche sin mirar - se defendió con fastidio viendo cómo Nore seguía mirándola con diversión. - Ya sé que no es la historia épica que todos querrían contar pero córtate un poco.
-A mí me gusta esa historia, mucho más que una que no podrías llegar a contar - respondió de forma más seria. - ¿Vas a seguir con esto? - señaló con la cabeza los papeles.
-¿Para una vez que vienes? Ni de coña - dijo juntándolos todos con rapidez y Nore reprimió un suspiro agobiado al ver cómo causaba más desorden e