Joseph miraba a Isabella regresar, había tardado mas tiempo del esperado, pero estaba seguro de que la charla con Miriam debía de haber sido buena, después de todo, su empleada y amiga siempre decía lo que tenia que decir en el momento adecuado. Había estado jugando con Ferdinand, quien se mostraba realmente entusiasmado con todo.
— Por un momento pensé que habías huido por la puerta trasera — dijo Joseph sonriendo hacia la hermosa mujer.
— Yo no huyo jamás, ni siquiera de ti, Joseph Harrington — dijo Isabella con una sonrisa de determinación dibujada en sus labios.
— Ven aquí — dijo Joseph besando los labios de Isabella con el debido recato que exigía la presencia de un pequeño inocente.
Ferdinand sonrió al mirar aquello, el amable señor Harrington había besado a su madre en los labios como lo hacían los papás de sus amiguitos.
—Mamita, ¿etonces ya etes novia del señor Hadigton? — pregunto el pequeño con emoción inocente.
Isabella sonrió, y mirando a Joseph, no dijo nada.
—Solo si t