Capítulo 6

Doy un leve vistazo a cada uno de los nombres de las personas, tratando de identificar el nombre de una de las mujeres, esperando encontrar el que me interesa; esto se hace con base en su identificación.

Ya que ha habido oportunidades donde han dado un nombre falso, lo cual me parece absurdo porque en su identificación aparece uno completamente diferente. El mundo está lleno de todo tipo de personas. Escucho que abren la puerta, por lo que dirijo mi mirada hacia ese sitio encontrándome con un hombre de traje.

Frunzo el ceño intrigado por esto, estoy acostumbrado a ver a todo tipo de personas. Aunque está en particular, me deja sorprendido, no precisamente por el traje de punto que lleva puesto, que intuyo que vale más que un año de salario mío.

Si no por su mirada, hay algo en ella que me hace conectar de cierta manera. Al ser oficial, es normal encontrarme supervisando y analizando a cada persona, ya que el comprobar antes puede ser un punto clave que decidirá su próximo movimiento.

— ¿Por quién se encuentra aquí, señor? —le pregunto con cortesía.

—Estoy aquí por la señorita Knight —asiento para luego tomar la caja correspondiente sobre mis manos.

—Estas son sus pertenencias, deme unos minutos en lo que la busco —con esto me giro en mi lugar encontrándome frente a la celda de mujeres—. ¿Señorita Aubrey Knight?

— ¡Por fin! —me sorprendo al ver qué quien se levanta es quien menos pensé.

Al ver esto no puedo evitar que mi mente comience a hacer conjeturas de cuál será el parentesco entre los dos. Aunque no sé por qué en mí se genera un sentido de pérdida al tener conocimiento de esto.

«¿Qué sentido de pérdida voy a estar teniendo yo? Ni que nos conociéramos de antes», suspiro para luego sacar mi llave para abrir la celda.

— ¿Qué pasa precioso? Te ves extraño… —me sorprende que pueda notar mi cambio de expresión, después de todo fui entrenado para ocultar mis expresiones faciales—. ¿Será que estás triste porque me voy a ir?

—No diga tonterías, señorita —mantengo mi voz firme.

—A mí no me engañas, sé que estás triste porque me voy, pero sabes que eso se puede solucionar fácilmente —trago de manera audible al ver nuevamente esa mirada recorriendo mi cuerpo sin ningún recato.

—Señorita, es momento de que salga, después de todo afuera se encuentra un señor, un esperándola para que pueda irse de una vez por todas de aquí.

— ¿Un señor? —ella ladea el rostro, extrañada, para luego seguirme hacia el exterior; específicamente hacia donde está ese señor de ojos cafés—. ¿Quién es usted?

—Dejémonos de tanto protocolo y recoge tus cosas para que podamos salir de aquí de una vez por todas, asumo que hiciste una sola llamada por lo que no es necesario que lo analices tanto —ella se queda en silencio y sin decir nada más toma la caja con sus pertenencias. El señor al ver esto sale del lugar para esperarla afuera.

— ¿Quién se está creyendo este hombre? —la escucho susurrar debido a la cercanía entre nosotros.

— ¿Está bien irse con ese señor? —me encuentro preguntando sin darme cuenta hasta que ya es tarde.

—No lo sé, pero confío… —se queda en silencio, para luego desplazar su mirada a mi rostro—. ¿Qué paso? ¿Estás preocupado por mí?

—Es mi deber como oficial velar por el estado de todas las personas que están bajo mi jurisdicción, señorita, no confunda las cosas.

— ¿Seguro que no quieres que esté debajo de ti, pero en el otro sentido de la palabra? —mantengo mi mirada firme, pero no puedo evitar encontrarme deseando de cierta manera que eso se cumpla.

—Ya está por irse, ¿Por qué complicar más las cosas?

—Yo no llamaría a esto complicar las cosas, ya que mi objetivo es muy claro muñeco —la familiaridad con la que es capaz de hablarme me pone en una situación muy difícil en estos momentos.

—Señorita Knight…

—Sí que eres difícil hombre, ¿No sabes cuantos hombres desearían con estar conmigo? —observo como su labio inferior se contrae en un puchero que me parece muy tierno.

—No lo dudo, señorita, pero comprenda que estoy de servicio, por lo que ya el solo hecho de encontrarme aquí aguantando todo lo que me dice va en contra de mi reglamento.

— ¿Qué tengo que hacer para que rompas más que ese reglamento?

—No me obligue, señorita, a hacer algo que no deseo hacer, puedo encerrarla nuevamente y alegar cualquier tipo de razón para impedirle irse en poco tiempo.

— ¡Diablos hombre! Eres exasperante —es lo que dice, antes de seguir su camino hacia el exterior—. Esto no se queda así, haré que te arrepientas de haberme rechazado, y será de una manera que los dos disfrutaremos cariño —se detiene en la puerta para luego decir eso, con eso sale de mi vista.

En cuanto sale no puedo evitar soltar el suspiro que no sabía que tenía guardado por Dios, sabe cuánto tiempo. Introduzco mis manos en el interior de los bolsillos de mi chamarra a la vez que traslado mi mirada hacia esa misma puerta por la que acaba de salir la chica.

Rememoró en mi mente todo lo que me dijo, Dios sabe cuántas veces me sentí incitado a decir que sí, pero el hecho de saber que eso va en contra de mí deber me impidió dar otro paso.

Un paso que nunca creí tener la valentía de dar, por la manera en que se desenvolvió conmigo no me cabe duda que ella es una mujer que es capaz de obtener todo lo que quiere. Y lo que quiere por lo visto es a mí, pero no puedo permitir eso, ella es una mujer acostumbrada a obtener lo que quiere y hacer lo que se le venga en gana.

Yo soy completamente diferente, no me encuentro estando con una mujer así.

—Aubrey Knight… —intuyo que ese nombre me perseguirá por mucho tiempo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo