Me gustas esa expresión resonó en su cabeza más de una vez, como si fuera la única cosa en su mente, Mateo no salía de su asombro, abría y cerraba la boca varias veces, tratando de responderle pero las palabras sencillamente no salían, Micaila con una postura relajada y un ligero brillo en su mirada recién había confesado sus sentimientos, sin pestañear ni inmutarse
-es más bien como una atracción o hasta pudiera decirse curiosidad, lo cierto es que así me he sentido, desde… bueno desde que nos besamos , y lejos de disminuir siento que va en crescendo poco a poco, entonces… -¿entonces?- continúa Mateo cuando noto la prolongada pausa en su declaración -Entonces no puede ser, no estamos realmente destinados, es decir lo estamos pero mira si algún día llegamos a estar juntos ¿qué tan largo