Naiara
Parecía que aquí en Sarassea comenzaba mi objetivo, para todo aquello, a lo que yo me había preparado por tantos años desde que era niña.
Dashi junto a criadas me ayudaban a arreglarme, y ya el rey había llamado a varias costureras para que me diseñaran todo un guardarropa para estas presentaciones, así como zapatos y joyas. Dashi me decía que no me extrañara, de que para el final del día, hubiese cinco o diez veces más de todo esto, de parte de los otros candidatos.
Ya me había colocado uno de los vestidos que me había mandado a hacer mi prima y Nicasia. Al contrario de la mayoría de mi vestimenta, esta era predominantemente blanca con algunos destellos en plateado, era realmente hermoso y arriba tenía una pequeña capa negra de terciopelo para que mi cabello contrastara.
Estaba en otro salón, aún más llamativo, el techo tenía encima una especie de cúpula y estaba pintado de diferentes tonos de azules hasta llegar al más oscuro donde se dibujaban lunas y estrellas. Cuando