El plan estaba saliendo mal, por lo que Adriel debía entrar en acción lo antes posible. Lo que no sabía era si él se encontraba o no en su posición, tampoco podía hablar o Golden se daría cuenta. Sara rompió el silencio, sin apartar la mirada del cuerpo de Tessa.
—¿Por qué le has hecho daño a ella? ¿Ella que te ha hecho? — Sara trató de acercarse a Tessa, pero Golden alzó el cuchillo hacia su dirección.
—Ha sido un gran estorbo todo este tiempo. Mejor quédate ahí quietita donde estas, muñequita.
—Te dije que interviniéramos antes — escuché la voz de Adriel a través del auricular.
—Adelante — murmuré, ganándome una mirada curiosa por parte de Sara y Golden.
En una mínima fracción de segundo Golden tocó su cuello e instantes después se desestabilizó, soltando el cuchillo y cayendo al suelo casi al instante. Al asegurarme de que se encontraba inconsciente, me acerqué a Sar