Afuera la fiesta está en su auge, nosotros estamos perdidos en nuestra felicidad sin importar lo que pasa en la fiesta.
-¡Ven! - Eitan me jala, intenta levantar mi vestido de novia -si lo hacemos antes de salir a la fiesta- él muy pícaro, pero no lo dejó.
-Aguantate hasta la noche de boda - le suelto sus manos inquietas, que están como pulpo por todo lado, Eitan entorna los ojos.
-¿Crees que me aguantaré hasta la noche después de una semana de no tenerte cerca?
-Pues sí -vuelve a abrazarme - ¡Deja las manos quietas! - Exclamó mientras me escabulló y tocan a la puerta.
-Hey -entra Brior- ya tienen que entrar ¿listo? - mira a Eitan con cara cómplice, los observo intrigada.
- ¿Para qué? – pregunto sin comprender las miradas esperando que alguno se digne a responder.
Eitan sonríe, se saca él saco del traje y la corbata.
-Sí, ahora sí - me mira y me compra con esa sonrisa perfecta - ya verás...
-...Ah hay una sorpresa para ambo