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Capítulo 3

Me siento avergonzada, no recuerdo todo con exactitud, pero lo que si me queda claro es que el me salvo de algo. Me quedo sentada en el borde de la cama, tocan a la puerta y entra una muchacha con ropa y la deposita sobre la cama, yo sigo allí solo mirando la ropa, no se ni como voy a salir de aquí después del espectáculo que arme en la mañana. Al fin me doy cuenta de que estando aquí sentada no voy a conseguir nada, así que me decido a salir, me doy una ducha rápida, me pongo la ropa que me queda bastante grande, son unos pantalones de chándal y una camiseta, tiene que ser su propia ropa, abro la puerta de la habitación y saco primero la cabeza antes de salir por completo al pasillo, acaricio la parte posterior de mi cuello mientras pienso en la mejor forma de disculparme.

Sara – esa pequeña voz la reconozco, es Andy, me volteo en la dirección en la que escuche su voz y dibujo una sonrisa nerviosa en mis labios

Hola – es lo único que se me ocurre decir

En verdad eres tú – se está riendo – no creí que fueras tu ¿ahora vives aquí? – no se de que forma logro hacer esa conjetura – ahora vas a ser mi mama – eso que acaba de decir quiere decir que no tiene madre, me siento agobiada, pero también me identifico con él, debe ser difícil vivir sin madre y con ese padre

Lo siento, pero no puedo ser tu madre – no tengo intenciones de engañarlo, veo a su padre caminar en nuestra dirección

Veo que te dignaste a salir de la habitación – me dice, se para junto al niño

¿ella ahora va a ser mi madre? – le pregunta el niño, lo miro con ojos suplicantes, esperando a que le diga a su hijo la verdad, que le explique la situación

Ahora voy a ser tu amiga – le propongo para evitar que siga repitiendo la palabra, madre. Se ve un poco decepcionado, pero asiente

Entonces al menos desayuna conmigo – me toma de la mano y me guía hasta el comedor, se sienta a mi lado y cuando nos sirven hace que le de la comida, a pesar de lo que me pareció ayer, no es un niño mal comportado, habla conmigo mientras le doy de comer, sus ojos brillan cuando me mira. No se de que forma se tiene que sentir para que me trate a mí, una extraña. De esta forma - ¿tienes que irte ahora? – me pregunta con sus ojos esperanzados

Supongo que me puedo quedar un rato – imagino que no le va a hacer ningún daño a nadie, miro a su padre a ver si puedo discernir por su expresión en lo que piensa, y si esta de acuerdo o no. Pero me es imposible interpretar lo que piensa, vamos al cuarto de juegos de Andy, o me sorprende encontrar de todo lo que un niño puede desear en este lugar – hay muchas cosas aquí – su padre quiere suplir las necesidades afectivas de él colmándolo de regalos y cumpliéndole sus caprichos

Si, todos los días me traen un regalo, y ese regalo es un juguete nuevo – no me parece que criar a un niño de esa forma sea beneficioso, pero no es de mi incumbencia en lo absoluto, Me dedique mejor a jugar con él y evito tratar de entender la situación, al final, cuando decido que es hora de irme son pasadas las cuatro de la tarde

De verdad me tengo que ir – le aseguro por quinta vez

Quédate conmigo un poco más – suspiro

Lo siento, pero de verdad ya es hora de ir a casa – le aseguro

Entonces promete que vas a regresar – no se como voy a hacer ese tipo de promesas, su padre en vez de ayudarme solo mira la escena con cara seria, su total inexpresividad y las manos puestas en los bolsillos

Andy – lo llama su padre al fin, el se gira en esa dirección – ya te dijo que regresaría – suspiro – por favor déjanos a solas – le pide al niño, se va con la cabeza baja. Me da un poco de lastima

¿Por qué tienes que ser tan frio? – después de decirlo me arrepiento, eso no es de mi incumbencia – olvídalo, no es de mi incumbencia, mejor me voy

Dime que sucedió anoche – me ordena

Mis recuerdos están muy borrosos – soy sincera – se que fui al bar con mi amiga y después ella se fue a bailar con alguien – me encojo de hombros – después de eso todo esta borroso

veo que eres propensa a meterte en problemas - dice con frialdad – ya puedes irte – me da la espalda – pero espero que estes aquí mañana temprano

¿de que hablas? – no puedo creer que se vaya a poner en el mismo plan de su hijo

Eso no va a suceder – le digo, se gira de nuevo en mi dirección, camina hacia mi con paso amenazante obligándome a retroceder hasta que mi espalda choca con la pared

Se que no me conoces, y espero que te demores en hacerlo. Sin embargo, hay algo que tienes que saber de mi – acaricia mi pelo con parsimonia – cuando te diga algo solo cúmplelo, no discutas. De lo contrario te puedo hacer sufrir – la forma en la que lo dice me asusta bastante, así que solo asiento – ni pienses en faltarle a tu palabra, te encontraría y te haría pagar por mentirosa – da un paso atrás – puedo asegurarte de que no va a ser nada agradable

¿no te parece que estas exagerando? – hablo mirando al suelo

No, y fui bastante claro – me hace una seña con el dedo para que esta vez sea yo quien me acerque a él, lo hago con recelo – sígueme – me lleva hasta el estacionamiento – por favor, llévala a su casa – le pide al un hombre que esta limpiando un auto. Me vuelve a mirar – nos vemos – este hombre esta mal, es un psicópata, el otro hombre me abre la puerta del auto

Adelante – subo a toda prisa, tengo que alejarme pronto de aquí

¿conoce al señor Tide desde hace mucho? – el asiente

Trabajo para su familia hace mas de diez años – si es así tiene que saber que le sucedió a la madre de Andy, pero no me atrevo a preguntar

De acuerdo – es todo lo que digo

Llego a mi casa y miro el reloj, son casi las seis de la tarde, los hombres Taide son muy posesivos, si los dejo son capaces de secuestrarme. Me dejo caer sobre el sofá, aún estoy muy abrumada y a medida que pasan las horas voy recordando más, también, y para mi total vergüenza, recuerdo la forma en la que le me aferre a el durante toda la noche, se que estaba asustada. Pero eso no es justificación para comportarme de esa forma, y esa traidora de Rebeca me va a escuchar cuando la vea. Me doy una ducha y me quito la ropa que me presto Eidan Tide, ya que no tengo la intención de volver a verlo no se la puedo devolver, pero tampoco me parece que vaya a morir por eso, me acuesto en la cama, mi cuerpo se relaja de inmediato sabiendo que estoy en un lugar conocido, pero toda esa calma desaparece cuando entra un mensaje de un numero desconocido

NO ME TOMO MUY BIEN CUANDO ME ENGAÑAN, ASI QUE ESPERO QUE NO LO HAGAS. HASTA MAÑANNA

No tengo que ser adivina para saber de quien es ese mensaje, al parecer no me va a dejar en paz

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